En Canarias no pasa el tiempo. Seguimos teniendo las mismas discusiones que hace 20, 30 y hasta 40 años. Este artículo es de Antonio Machado Carrillo y fue publicado en Abril del año 1995. Pero lo podía haber publicado ayer mismo.
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Turismo (in)sostenible en Canarias
Por Antonio Machado Carrillo
publicado en Diario de Avisos (S/C de Tenerife) 23/4/1995
No hay productos letales, sino dosis letales. Este aforismo al uso en temas de contaminación es perfectamente extrapolable al turismo. Y en Canarias nos estamos pasando de la dosis. Mientras, voces locales siguen pidiendo más y más turismo para las islas. Aumentar ¿hasta donde, hasta cuando...?
Hace ya demasiado tiempo que se vienen denunciando los inequívocos síntomas de deterioro ambiental provocado por el turismo; demandas de poner freno a la sobresaturación de un "producto" que, sin ser malo en si mismo, puede causar nuestra ruina a la vez que la suya propia. Apelaciones sin eco.
Estos días se hablará en Lanzarote de turismo sostenible. Estos
días se hablará de falacias, al menos, para Canarias. Puede que El
Hierro y La Palma estén aún en
condiciones de aprovechar tan sensatos conceptos. Pero, ¿qué va a
pasar con las demás islas donde la
rosca ya está loca de tantas vueltas
que le ha dado el turismo? Ya cayó
la costa. Ahora le toca al interior.
Después; no habrá después.
Cuando alguien vende los encantos de su cuerpo a un tercero por
dinero se habla de prostitución. Pues
yo denuncio a nuestras islas putas y
con ello --allí donde estén-- a los
alcahuetes y meretrices que llenan
sus bolsillos a costa de la explotación inmisericorde de la naturaleza
canaria, de su suelo, de sus especies y de las señas de identidad de
una sociedad isleña acuñadas a lo
largo de muchos años de feliz y
penosa historia.
¡Basta ya de llenar las islas de
pueblos de plástico! ¡Basta ya de
plagar el paisaje con letreros en
lenguas extranjeras! ¡Basta ya de
vender las islas! Y no confundamos la hospitalidad y el servicio
con el servilismo, vasallo de la
indignidad de un pueblo. No más
hipocresía.
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El artículo es de 1995, de hace tres décadas. Canarias es una sociedad esclerótica, estancada como el agua sucia que cría bichos que atacan. Seguimos teniendo las mismas discusiones que hace 20, 30 y hasta 40 años, y no es que no avancemos, es que vamos a peor porque no se quiere admitir la realidad de las cosas.
Las soluciones se saben de sobra; Ley de Residencia, Estatus PTU y vuelta a un Régimen de Puertos Francos, y no soy yo el primero que las propone. Cualquiera que entienda nuestra historia económica lo puede ver claro. No es tan difícil. En la era de la globalización nos desglobalizaron quitándonos los Puertos Francos y convirtiéndonos en un mercado cautivo que le compra a España el 90% de sus importaciones totales (con los puertos francos le comprábamos el 12-20%). ¿Error?¿Ignorancia? Follow the money y mira quien se ha beneficiado. Porque cuando las cosas siempre perjudican a uno y benefician a otro, no es error ni ignorancia, es diseño. Si fuese error o ignorancia, la mitad de las veces se equivocarían a favor nuestra. Pero eso no pasa en Canarias, verdad?
La Ley de Residencia es una reivindicación histórica del Frepic Awañak y del CNC-MPAIAC allá por los años 80. Y lo de poner limites al turismo es algo de lo que ya se hablaba en los años 90 cuando las hoteleras españolas solo controlaban el 24% de las camas hoteleras canarias. Hoy, gracias al REF y la moratoria, las grandes cadenas españolas poseen o controlan cerca del 80% de las camas hoteleras canarias.
El REF no se hizo para los intereses de los canarios sino para los intereses de España en Canarias, que es muy distinto. Es un régimen toxico que te permite sobrevivir a duras penas pero nunca prosperar, parecido al de las reservas indias. Un freno al desarrollo y una camisa de fuerza para que te veas forzado a vender tu tierra y tus intereses a los foráneos.
Porque la forma más efectiva de mantener políticamente el control sobre un territorio implica fomentar la dependencia y obstaculizar su desarrollo. Son estrategias empleadas en contextos coloniales. Este enfoque aprovecha las vulnerabilidades económicas y políticas para garantizar que el territorio subordinado dependa del poder controlador. Al limitar su avance, la entidad controladora puede mantener su dominio, evitando cualquier desafío potencial a su autoridad y preservando sus ventajas estratégicas, incluidas las militares. Esta estrategia a menudo implica manipular el comercio, los recursos y las instituciones económicas, políticas y culturales para mantener el territorio en estado de dependencia.
En los últimos 30 años hemos ido de mal a peor, la renta real estancada desde hace tres décadas, la tierra destrozada, Hoy somos más colonia turística que nunca, más mercado cautivo que nunca. El turismo ya no es nuestro. Las islas sobrepobladas y llenas de inmigrantes legales e ilegales, destrozadas por la eco-estafa de la sostenibilidad que ha sido la excusa para seguir vendiendo la tierra y las oportunidades a intereses foráneos. Antes para poner hoteles, hoy para poner ecoestafas de molinos, placas solares y centrales hidráulicas como la de Chira-Soria. Y es que los alcahuetes y meretrices que mencionaba Antonio Machado en su articulo de 1995 hoy no son solo los caciques de toda la vida, sino los nuevos caciques ecologetas progres que se llenan la boca hablando de soberanía alimentaria mientras urbanizan vegas y ponen placas solares y molinos en las tierra de cultivo.
Porque la verdadera sostenibilidad es una Ley de Residencia para no sobrepasar la capacidad de carga de los ecosistemas y no un Chira Soria o unas placas solares. Pero se callan como putas, tanto unos como otros
Y así seguimos en la rueda del hámster, caminando sin ir a ninguna parte. Porque un problema estratégico solo se puede solucionar a nivel estratégico. O dicho con otras palabras, un problema de planteamiento inicial solo se puede resolver a nivel de planteamiento inicial. Y si todavía no lo entiendes, te pongo un ejemplo, Un problema de matemáticas si lo tienes mal planteado no lo vas a resolver añadiendo más decimales a la suma, solo lo puedes resolver corrigiendo el planteamiento. Y ese es el tema, que Canarias no está planteada para los canarios sino para los intereses de España en Canarias. Intereses que, en el mejor de los casos, no son los nuestros y que, en la mayoría de los casos, atentan directamente contra los nuestros. Si lo quieres ver lo ves y si no, tú mismo.
Pero el problema es que estamos convencidos de que tenemos que vivir de la caridad del resto del Estado y que no podemos hacer otra cosa que servir cafés y hacerles las camas a los turistas. Nos han cortado las alas, nos han puesto una camisa de fuerza al tiempo que nos han convencido, parafraseando a Eduardo Galeano, de que la servidumbre es nuestro destino y que la impotencia es nuestra naturaleza. Y si bien es cierto que la mentalidad del canario tienen que cambiar, también es cierto que la mayoría está totalmente convencida de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser. Es decir, un pueblo castrado en su desarrollo económico, político, social, cultural y hasta espiritual.
Canarias es un problema de mentalidad y de planteamiento estratégico, de planteamiento inicial (estatus ultraperiférico, estatuto de autonomía y REF). Los tres están mal, o mejor dicho, los tres sirven a intereses foráneos. Porque en un territorio gobernado y capturado por intereses foráneos no se permite el desarrollo. O mejor dicho, solo se permite el desarrollo si este beneficia directa y mayoritariamente a los intereses foráneos.
Los Canarios tenemos la cabeza llena de mierda, llena de orines. Ni sabemos ni de donde venimos ni a donde vamos ni entendemos la realidad en qué vivimos. Tenemos la conciencia neblinada que diría Manuel Alemán. Las ideas están obsoletas y falta la humildad necesaria para reconocer errores y aprender de ellos. Seguimos empeñados en lo mismo y así nos va.
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