El Trumpismo como reacción a los excesos del wokeismo y movimiento para sacar a USA de la degradación de su sociedad tiene sentido. Véase cual ha sido el resultado de sus políticas en la degradación de las sociedades occidentales, la perdida de poder manufacturero y geopolítico y de la cohesión social. Ya desde tiempos de los griegos y su teoría del "ciclo de constituciones" se sabe que cuando el pueblo se degenera, la democracia degenera en demagogia y ya no es válida. El wokeismo no es solo un movimiento cultural, es ante todo es un intento de asalto al poder para imponer la tiranía a través de la captura de las instituciones y el marxismo cultural. Léase a Antonio Gramsci, a Trostky o a Yuri Bezmenov.
Pero el problema del Trumpismo 2.0 viene de su concepción de las Relaciones Internacionales. Determinado a romper con el orden internacional surgido en 1945, Trump aboga por la ley del más fuerte y el reparto del mundo en zonas de influencia. Esto es el abandono del soft power y de los aliados y un giro hacia el hard power y estados vasallos. Dinero a cambio de protección es el crudo planteamiento, con aires de extorsión mafiosa, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski y a Europa. Al hacerlo incumple los acuerdos de Budapest que prohíben la coacción económica a Ucrania por parte de los firmantes y se pasa por el arco del triunfo la legalidad internacional. Así se abandona el liberalismo y el idealismo como doctrinas de Relaciones Internacionales a favor de un realismo crudo.
Este realismo político asume que el Sistema Internacional es anárquico, en el sentido de que no existe una autoridad superior a los Estados capaz de regular efectivamente las relaciones entre ellos. Además, supone que los Estados soberanos son los actores principales que componen el Sistema Internacional en vez de serlo las instituciones internacionales. Según el realismo, cada Estado es un actor racional que busca maximizar su posición política dentro del sistema mediante la acumulación de recursos de poder económicos y militares. Estos intentos de maximizar el poder llevan en última instancia a un equilibrio de poder entre los actores y a la estabilidad en el Sistema Internacional. De forma que lo que prima no son las alianzas ni el derecho internacional sino el equilibrio de poder entre los bloques.
De hecho mucha gente va a descubrir que el multilaterialismo que tanto ansiaban no es lo que esperaban. El multilateralismo no significa que la voz de los pequeños o que los organismos internacionales tengan más peso, todo lo contrario. Los pequeños se convierten en estados vasallos y son sacrificables en aras a mantener los equilibrios de poder entre los bloques.
Para terminar de entender todo esto tenemos que hablar del llamado “Acuerdo de Mar-a-Lago” que puede resumir la estrategia económica de la administración Trump 2.0. La idea, que es una variación del Acuerdo del Hotel Plaza de 1985, es que la administración Trump podría lograr sus objetivos económicos mediante un reordenamiento del sistema financiero que incluiría un esfuerzo consciente por devaluar el dólar a fin de reducir los déficits, la deuda y volver a convertir a USA en una potencia industrial. El objetivo es reducir la deuda, el pago de intereses y el valor del dólar sin entrar ni en una espiral deflacionaria por el recorte del gasto ni inflacionaria por las tarifas.
La idea de reestructurar drásticamente la deuda de Estados Unidos es parte de la agenda del equipo de Trump para renovar el comercio global a través de aranceles, debilitar el dólar y, en última instancia, reducir los costos de financiación, todo con el objetivo de poner a la industria estadounidense en una posición más equitativa con el resto del mundo.
Este “Acuerdo de Mar-a-Lago” consta de tres pasos y nace del convencimiento de que el status quo no puede mantenerse. Aunque los niveles de deuda todavía son manejables, la tendencia no lo es. Estamos acercándonos a niveles de deuda, déficits, intereses de la deuda y niveles del USD en la que algo tiene que cambiar. Las medidas tradicionales no son suficientes. Los recortes de gasto o incremento de la presión fiscal son insuficientes y en algunos casos contraproducentes. Incrementar la edad de jubilación o recortes en Sanidad tampoco bastarán.
Los componentes básicos del "Acuerdo de Mar-a-Lago" fueron expuestos por Stephen Miran, el candidato del presidente Donald Trump para dirigir el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, y se basaba en parte en la idea de “Bretton Woods III” de Zoltan Pozsar cuyo fin es reformar el sistema de comercio global y eliminar los desequilibrios económicos impulsados por la "sobrevaluación persistente del dólar".
Ese Bretton Woods III propuesto por Zoltan Pozsar se articularia en base a la colateralización de Recursos Naturales - ya que los recursos naturales son colateral y colateral significa crédito y dinero. En este sistema también es importante la capacidad de transporte e infraestructura para el transporte de las materias primas (marina mercante, oleoductos, gaseoductos). Esto explica la obsesión de Trump con anexionarse Groenlandia y Canadá, además de los depósitos minerales y de tierras raras e infraestructura de Ucrania.
Así si la era inicial de Bretton Woods (1944-1971) estuvo respaldada por el oro, y Bretton Woods II (1971-presente) estuvo respaldada por "dinero interno" (esencialmente, títulos del gobierno estadounidense), Bretton Woods III estará respaldado por "dinero externo" (oro, bitcoin y otras materias primas).
El primer punto del “Acuerdo de Mar-a-Lago” es la implementación de tarifas proteccionistas. Es decir tarifas que graben el consumo para equilibrar los déficit y hacer un comercio internacional más justo. Y al igual que en el tema woke y en el tema de Defensa, USA tiene parte de razón. Además, las tarifas tienen dos vertientes, la recaudatoria y el arma geopolítica.
Trump es un promotor inmobiliario, un hombre al que le gustan los bajos tipos de interés. Y para mantener los tipos de interés bajo tienes que mantener la inflación bajo control, especialmente si vas a tomar medidas inflacionarias como el establecimiento de tarifas al comercio. En este sentido tras la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia las materias primas son más caras porque gran parte de la producción rusa quedó fuera del mercado, y Rusia y Ucrania son potencias exportadoras cuando hablamos de materias primas. Una paz en Ucrania y un acuerdo con Rusia podría volver a introducir la producción rusa en el mercado y normalizar la producción ucraniana, ayudando a limitar el efecto inflacionario de las tarifas. De ahí las prisas.
La oferta negociadora de Trump beneficia a Rusia en varios sentidos, invitándola a ser participe en el diseño de un nuevo sistema financiero internacional que la favorece, además de darle leverage en su papel de mediador entre China y USA. La alianza dragonbear no se va a romper, pero Rusia saldrá beneficiada y fortalecida frente a China.
El paso dos del plan es la creación de un fondo soberano. Se trata de crear capacidad en el Balance del país, por ejemplo revaluando las reservas de oro, actualmente contabilizadas a precio de costo de aproximadamente unos 44USD cuando el precio de mercado es de 2.900USD. Esta reevaluación significa expandir el activo del Balance en unos 800-900 miles de millones a través de la regularización contable. Otros activos inmobiliarios, recursos naturales, infraestructura, propiedad intelectual, etc propiedad del Gobierno... podrían ser añadidos. La reserva estratégica de Bitcoin estaría asociada a esta necesidad de crear y aflorar valor en el Balance del país. De esta forma el ratio de apalancamiento de USA disminuye al estar "colateralizado" en mayor cuantía.
El paso tres es cobrar por protección militar. Al tener un porcentaje menor del comercio internacional, ser la policía del sistema ya no le reporta beneficios a USA sino a China y EU. Por tanto la seguridad habrá que pagarla entre todos los participantes. Todo el tema OTAN y de incremento del gasto de defensa va por ahí y para incrementar las exportaciones americanas, además de forzar a la UE a no seguir financiando chiringuitos "woke" que favorecen la subversión ideológica.
Una forma de pagar por esto será a través de swap de deuda, en el que los "aliados" swapean bonos del Tesoro a corto plazo por bonos a 100 años - sin cupones o con cupones muy bajos - y no negociables en mercados secundarios. Es decir te defiendo hoy a cambio de financiación barata por cien años. Si un país no paga USA no lo defiende. Y como el ser autosuficiente en defensa lleva unos años, la defensa de hoy la tendrán que pagar ahora con bonos centenarios.
Bajo este marco conceptual podemos entender las acciones y declaraciones, no solo de Trump sino del Secretario del Tesoro Scott Bessent, del secretario de Defensa Hegseth y del vicepresidente JD Vance
Entendiendo el mundo en Trump 2.0 - (VII)
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Muy técnico este artículo. Sería mejor utilizar un lenguaje más accesible. El resto del serial sí es más pedagógico.
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