Canarias, un huérfano con mentalidad de víctima y moral de esclavo (4 de 5)


En el anterior articulo vimos el arquetipo del Huérfano y de como nuestra tradición nativa nos puede ayudar a superarlo porque se ha guardado para que "no nos sintamos huérfanos, ya que tenemos en ella raíces tan profundas como los balos de los barrancos". También dijimos que nuestra tradición, con su profunda sabiduría, nos invita a superar el resentimiento "déjalo pasar como los helechos dejan pasar el viento" y de no quedarse estancado, porque "el agua estancada cría bichos que atacan".

Una tradición filosófica y espiritual donde podemos construirnos en positivo, con valores propios. Y no en negativo como con la moral de esclavos que nos han inculcado. Una moral de esclavo que nuble el juicio y perpetua el sometimiento. Esa es una de las razones por las que decidí publicar Los Relatos de Cho Lucio, para que el canario de hoy conozca la cosmovisión, la moral y la filosofía del antiguo canario y pueda elegir. Pero para elegir primero tienes que conocer y saber interpretar correctamente las cosas. 

Porque seguir con la moral de esclavos es seguir en la gueldera, en la rueda del Hámster. Una gueldera que tiene múltiples formas ideológicas, desde el cristianismo y la Iglesia hasta ideologías políticas "igualitarias", "woke", etc... Porque como nos dicen los ancestros, "si quieres ser igual que el otro, gánatelo".

¿Significa esto que hay que asumir la moral de amos? No, tampoco es eso. Como dije anteriormente tanto Nietzche como Hegel acertaron en algunas cosas y metieron la pata en otras. Por ejemplo, entre los valores de los amos, Nietzche habla del orgullo y de que Dios ha muerto. Lo cual demuestra que no entendió nada o que lo entendió a la "europea". La cosmovisión espiritual es vital para el autentico guerrero, es lo que le da templanza y propósito. Por otra parte, para los nuestros, el orgullo era el peor de los defectos y la humildad la virtud del sabio. Pero hay que entender lo que querían decir con una cosa y con otra porque - al igual que otros conceptos como nobleza y honor - no tienen nada que ver con la "interpretación" europea de los mismos.

En realidad todos somos esclavos de algo, porque como dijo Séneca en una de sus "Cartas a Lucilio": “Muéstrame quien no es un esclavo: está el que es esclavo de la lujuria o de la avidez o de la ambición. Todos son esclavos de la esperanza, todos esclavos del miedo”. 

Todos somos esclavos de algo, solo que los de arriba son esclavos de unas cosas y los de abajo de otras. El orgullo y la codicia pueden hacerte esclavo también. Por eso el ideal es la moral del guerrero y en esa moral se trata de no ser esclavo de nada, de tener autocontrol, de ser tu propio dueño. Y ese autocontrol solo se puede conseguir con humildad, con impecabilidad. Y así, mientras los amos son esclavos de su codicia, de su orgullo y de su ansia, el esclavo es esclavo de su resentimiento, de su frustración, de su envidia, de sus incapacidades y complejos. El guerrero, en cambio, es consciente de lo uno y de lo otro, para no caer en ninguno de los dos. 

La moral del amo de Nietzche es esclava de sus propios demonios y está influenciada por valores distorsionados europeos. El fuerte lo que valora son los resultados. Esa es la moral de los godos y de los españoles. El ganar a toda costa y sin importar como. Es la moral del abuso. No hay nada noble en eso. No hay verdadero honor en eso. En realidad esa no es la moral del amo sino del pordiosero, como veremos más adelante. Abrazar nuestra filosofía, nuestra moral nativa es rechazar tanto la moral del esclavo propia de los achicaxnas y del canario de hoy -que por desconocimiento o mezquindad trata de construir su identidad en negativo - como rechazar también la moral del amo y del pordiosero propia de los españoles. Es asumir la impecabilidad de la moral del guerrero. 

Además de la moral del esclavo, del amo y del guerrero, hay una cuarta moral; la moral del pordiosero. Una moral muy presente en España y en Canarias. La moral del pordiosero es la de aquel que se arrastra a lamer las botas de aquel que es más poderoso que él, pero que exige que los que considera inferiores le hagan lo mismo. Es la moral de los capataces de la finca... de los vendidos y mamporreros. 

La moral del pordiosero es la moral del mediocre con una autoestima tan frágil y deformada que al de afuera, o al encumbrado le pasa carros y carretones riéndole la gracia, pero al de adentro no le pasa la mas mínima, ya que tiene que competir con su prójimo para no ser menos ya que ese es el último refugio de su autoestima. Sabe obedecer al de arriba pero no colaborar con su igual, porque tiene todavía demasiadas cosas que probarse a si mismo. Y eso lo hace ser audaz en la traición y tímido en la lealtad.  

Estos conceptos de la humildad del guerrero y la moral del pordiosero los describe magistralmente  Carlos Castañeda en uno de sus libros. En palabras de Don Juan Matus, un chamán yaqui de Nuevo Mexico/Sonora; "Un guerrero toma su suerte, sea la que sea, y la acepta con la máxima humildad. Se acepta con humildad así como es, no como base para lamentarse, sino como base para su lucha y su desafío. Nos demoramos mucho para comprender eso y vi­virlo por entero. Yo, por ejemplo, odiaba mencionar la palabra humildad. Soy un indio, y los indios siem­pre hemos sido humildes y no hemos hecho nada más que agachar la cabeza. Yo pensaba que la humildad no tenía nada que ver con el camino del guerrero. ¡Me equivocaba! Ahora sé que la humildad del gue­rrero no es la humildad del pordiosero. El guerrero no agacha la cabeza ante nadie, pero, al mismo tiem­po, tampoco permite que nadie agache la cabeza ante él. En cambio, el pordiosero a la menor provocación pide piedad de rodillas y se echa al suelo a que lo pise cualquiera a quien considera más encumbrado; pero al mismo tiempo, exige que alguien más bajo que él le haga lo mismo. Por eso te dije hace rato que no entiendo lo que debe sentir un maestro. Yo sólo conozco la humildad del guerrero, y eso jamás me permitirá ser el amo de nadie. Te gusta la humildad del pordiosero. Agachas la cabeza ante la razón."

Vemos que Nietzche acertó en algunas cosas pero se equivocó en otras. Como siempre el diablo está en los detalles, y un concepto mal entendido te puede llevar a algunas conclusiones equivocadas influenciadas por aspectos culturales europeos. Pero Nietzche y Hegel también acertaron en ciertos aspectos. Por ejemplo, para Hegel, mientras el amo permanece dependiente del esclavo, el esclavo, mediante el trabajo, supera su subordinación y adquiere una conciencia más plena de sí mismo. Este proceso refleja una dialéctica histórica: las relaciones de dominación no son fijas, y el oprimido puede eventualmente superar su situación. Una visión dinámica de las relaciones es algo que si entronca con nuestra filosofía nativa y sus estructuras de poder.

Muchos de estos aspectos filosóficos y espirituales no son exclusivos de la cultura de los antiguos canarios. Como hemos visto los podemos encontrar también en la cultura tolteca de los indios yaqui o entre los tuareg, tan cercanos culturalmente a los antiguos canarios.


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