Los ajijides y el gurguseo



El año pasado fui a un concierto de música tuareg en Las Palmas. Tocaban Les Filles de Illighadad, un trío femenino procedente de Niger totalmente recomendable. Pero me dí cuenta de que una de las cosas que más llamaban la atención al público es el grito que hacen con la boca las tuareg y en general las mujeres amazigh (bereberes). 

Dicen que ese grito, llamado zaghareet (sagarit) se hacia ya en el Antiguo Egipto. Las mujeres lo hacían al recibir o despedir a los hombres que iban a la batalla. Pero aparte de grito de guerra, también se usa para expresar otros sentimientos como alegría, aprobación, o tristeza y pena.

Durante el concierto muchas de las mujeres del público trataron de imitarlo en varias ocasiones, en la misma forma que lo hacen en el continente. Como me dijo una vez alguien que conocí, el canario busca fuera lo que tiene dentro.... y es lo que ocurre cuando uno no sabe quién es. 

Es sabido que en la cultura canaria actual continúa presentes costumbres y tradiciones nativas, aunque muchos no sean conscientes de ello. Una de estas tradiciones son los gritos de júbilo y alegría conocidos como ajijides o rejijides y los toques de bucio, especialmente cuando se acompaña con la música del tajaraste, un ritmo nativo de los varios que se conservan.

El ajijido lo recoge la Academia Canaria de la Lengua como "Grito jubiloso que consiste en repetir el sonido ji u otro similar. Dicha expresión se suele utilizar para subrayar un canto o el ritmo de un baile. Los romeros, cuando pasaba la Virgen, estaban un rato echando ajijidos."

El ajijide canario es distinto del sagarit,..., el sagarit se hace repitiendo rápidamente un li-li-li-li-li o un la-la-la-la-la, mientras que el ajijide o rejijide se hace repitiendo un grito mucho más como ji-ji-ji-ji y más gutural.

Los ajijides todavía se pueden escuchar en lugares como algunas romerías de Tenerife o en la bajada de la Virgen en la isla del Hierro. En todas las islas se conocían por distintos nombres como Ajío, Ajijiar, Ajijides, Rejijides, Jijides, Ajijise, o Ajit.

Las referencias en los libros antiguos es abundante, por ejemplo Benito Perez Galdos y Pancho Guerra recogen la voz en sus escritos y Maffiote la define como "Gritos de alegría; parece cosa de salvajes". Por su parte Urtusáustegui nos cuenta en su Diario de viaje a la isla de El Hierro en 1779. «Añádase a esto los hijijies y gritos frecuentes de alegría». Ajijides que todavía hoy se pueden oir en la bajada de la Virgen y en el pueblo de Sabinosa,... aunque cada vez menos.


Pero los ajijides o rejijides no solo se conservan en el Hierro, también en Tenerife era posible oirlos, entre otras en la Romería de San Benito en Aguere (La Laguna) o en la de San Roque en Garachico.

El ajijide tenia muchos matices y usos, podía mostrar alegría, victoria, júbilo, pero también pena, tristeza, dolor, te acompaño en el sentimiento, te echaré de menos, etc... Por ejemplo Bethencourt Alfonso, rescatador de la tradición oral en el siglo XIX, nos cuenta que lo usaban los segadores en las tareas agrícolas mientras cantaban tonadas y romances, estos últimos posiblemente de la misma forma en que se conservan en  Fuerteventura, en donde recogiendo el grano también se cantaban romances o "pionadas" y en medio se daba una gran grita que llamaban "arureo".



Pero quizás su aspecto más conocido es su uso festivo. Así Bethencourt nos dice que "Era el Ajijide el grito de guerra de triunfo y de alegría del pueblo guanche. Cuando cargaba el enemigo, retornaba vencedor de los Juegos Beñesmares, acudía a las festividades o celebraba acontecimientos de interés colectivo, los ajijides atronaban por valles y laderas. 

Sus diversos matices interpretaban fielmente las emociones de la muchedumbre. Por esto siendo un mismo acto, un fenómeno único, llevaba en sus vibraciones misteriosas unas veces los espasmos del coraje, ya las exaltaciones de la victoria o la jubilosa algazara de la dicha. ¡No hay isleño que al oir en la lejanía el ajijide no se conmueva profundamente, como si ese grito atávico despertara el alma del pasado!". 

También nos cuenta Bethencorut Alfonso que el ajijide va precedido del gurguseo. : "El ajijide antes de lanzarlo la muchedumbre o rancho va precedido del gurguseo, grito preventivo para anunciarlo dado por cualquiera de la colectividad que consiste en repetir la sílaba gur, gur, gur… con dos sobresalientes finales a los que sigue el coro del ajijide a manera de carcajadas breves y ruidosas, repitiendo así mismo la palabra ji, ji, ji…, formando como ondulaciones, cual aún se oye a los romeros de Candelaria, etc."

En otro texto, escrito décadas más tarde, se recoge también la costumbre del gurguseo, aunque en lugar de gur, gur, gur ...lo recoge como ¡tururururururú!”. Son las anotaciones de Amaro Lefranc a las coplas que compuso para un concurso de isas y folías convocado por el Ateneo de La Laguna en 1927.

En dichas anotaciones dice: "Oíd… La rústica compañía manifiesta ruidosamente, su júbilo. Asistimos a la más absoluta de las anarquías “armónicas”: uno rasguea una guitarra; otro estira un acordeón; otro bate palmas; otro canta a voz en cuello; otro lanza al aire “rejijides” penetrantes; otro silba con estridencia… y todo sin la menor cohesión; cada uno por su cuenta, en un tono distinto, cual si anhelase únicamente producir más ruido que sus vecinos."

Luego cuenta como una maga esbelta y guapa que “violentamente, como presa de un arrebato de locura, profirió, hasta perder el aliento, un agudo y prolongado ¡tururururururú!”. A este grito de júbilo respondieron todos los ocupantes del carro, “en una especie de convulsiva carcajada, con un estrepitoso “Ji-ji-ji- jiji-ji-ji”.

Finalmente nos cuenta como un español que estaba viendo la romería exclamó al oír aquello "¡Cuán gritan esos malditos!… parecen cacareos de pavos y relinchos de potros”... No majadero, ni cacareos de pavos ni relinchos de potros sino ajijides de magos,... le contestaron,...y es que el godo de mierda muerto de hambre, que viene a Canarias a matarla, por lo visto no puede faltar en esta tierra  pero le agradecemos la información fonética sobre el sonido original del gurguseo como "cacareo de un pavo". 

Finalmente mencionar que un grupo de laguneros trató de rescatar la tradición y en la Romería de San Benito, y emitían, año tras año, sus: “tu-ru- ru-ru-rú, viva San Benito”, al que todo el grupo replicaba con ajijides al mismo tiempo que hacían sonar sus bucios y sus tambores.


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