Canarias y la tragedia de los bienes comunales


La tragedia de los comunes o de los bienes comunales, es un dilema económico estudiado en las universidades desde los años 70 del siglo pasado. Describe una situación en la cual varios individuos, motivados solo por el interés personal y actuando independientemente terminan por destruir un recurso común, un recurso compartido porque es gratis y el incentivo es explotarlo al máximo en el corto plazo aunque eso signifique su destrucción.

El ejemplo clásico que se pone es el de una dehesa comunal, un pastizal cuyo uso es compartido entre un número de pastores. Cada uno de esos pastores tiene un número de animales en ese pastizal. Los pastores observan que a pesar de ese uso, queda suficiente pasto no consumido como para pensar que se podría alimentar aún a más animales. Consecuentemente, uno tras otro lo hacen. Pero en algún punto de ese proceso de expansión de la explotación del pastizal, la capacidad de este para proveer suficiente alimento para los animales es sobrepasada. Entonces hay un incentivo a no dejar crecer el pasto lo suficiente y llevar a los animales a pastar antes de que lo haga otro. Los animales aumentan y el recurso disminuye mas allá de la capacidad de regeneración. Los animales perecen debido al agotamiento o sobreexplotación del recurso y este sufre daños o termina por desaparecer.

Algo parecido está ocurriendo en toda Canarias. El turismo está usando bienes comunes; el capital natural canario, el patrimonio material e inmaterial y lo está saturando en su propio provecho sin contribuir ni a su sostenibilidad ni a su mantenimiento. Esto no solamente afecta negativamente a la población local mediante lo que los economistas llamamos “externalidades negativas” sino que pone en peligro la sostenibilidad de los recursos entre otras muchas cosas.

Un ejemplo lo tenemos en la sobreexplotación de la isla de Lobos o en la sobreexplotación del avistamiento de cetáceos entre la Gomera y Tenerife no solo está alterando la vida de esas comunidades y afectando a su capacidad de regeneración sino que está afectando negativamente la capacidad de otras especies como el gincho (águila pescadora), de reproducirse en la zona.

El que el turismo tiene que contribuir a regenerar el capital natural canario, contribuir a su regeneración y compensar por las externalidades negativas que produce en la población local fue una de las ideas principales que introduje en la memoria económica del anteproyecto de ley de biodiversidad y recursos naturales de Canarias en la anterior legislatura. Memoria y anteproyecto de ley que, como imaginarás, fue metida en un cajón. En ella demás analizaba el impacto del turismo en las cuentas publicas canarias y demostraba que Canarias es la CCAA en la que el beneficio por pernoctación es el mas bajo de las CCAA españolas estudiadas. Recaudamos poco y gastamos mucho. Pero la patronal hotelera formada mayoritariamente por multinacionales españolas y sus representantes se niegan rotundamente a una tasa turística. Ellos lo que quieren es seguir explotando los bienes comunes gratis y a costa del canario.

La tragedia de los comunes también es algo que vemos en las colonias. En territorios que no son tuyos o que ocupas ilegítimamente, el incentivo es explotarlos en el corto plazo sacrificando el largo plazo y no invirtiendo mucho, ya que siempre existe la posibilidad de que pierdas el territorio y con ello la inversión.


Durante siglos en Canarias no se invirtió un duro. La protección frente a ataques piratas y de otras naciones siempre corrió a cargo de las milicias canarias, reclutadas y financiadas por los cabildos insulares. Lo mismo ocurría con las fortificaciones. Contadas son las excepciones como el Castillo de la Luz a cargo de la corona, ya que había que asegurar un lugar de desembarco en caso de que la población local se sublevara. Lo mismo ocurre actualmente con el aeropuerto de Gando, único aeropuerto civil bajo mando militar de España y base de reconquista de la isla, ya que en el aeropuerto pueden aterrizar aeronaves y hay rampas en la playa para el desembarco anfibio, además de polvorines y otras instalaciones subterráneas. No es una base de defensa, es una base de reconquista.

Tampoco se permitió que Canarias se desarrollara demasiado. Y eso es la lógica política, no sea que los nativos se den cuenta de que no necesitan a la metrópoli para nada. Si quieres entenderlo te aconsejo que veas este video “rules for rulers” basado en el libro “El manual del dictador” de Bruce Bueno deMesquita que como profesor de la universidad de Nueva York, investigador principal de la de Stanford y asesor de la CIA americana algo sabe del tema. Y es que hay que pagar lo suficiente para mantener la lealtad pero ni un duro más. Cuando entiendes esto entiendes que Canarias nunca se gobernó para los intereses de los canarios sino para los intereses de España en Canarias.

Durante siglos lo que España quería era mano de obra y carne de cañón para sus colonias americanas y mantener el subdesarrollo en Canarias sirvió a ese propósito. Cuando se perdieron las colonias americanas se metió a Canarias en el arancel común de 1812 creando hambre y miseria pero beneficiando a la industria española. Esto cambió con los Puertos Francos en el que los ingleses hicieron más por Canarias en 50 años que España en 500. Pero el desarrollo pronto fue cortado. El naciente sector financiero canario de principios de finales del XIX y principios del XX fue castrado y absorbido por España. Las libertades de los Puertos Francos se fueron erosionando poco a poco y en 1972 eran tan solo una sombra de lo que habían sido, pero todavía en Canarias se vivía mejor que en España.

También se sacrificaron los intereses canarios exportadores para implementar políticas proteccionistas que favorecieran a la industria española durante el siglo XX, situación en la que seguimos a día de hoy tras la plena integración en la que nos quitaron los puertos francos, es decir, en la era de la globalización nos desglobalizarón bajo amenaza del articulo 155 de la Constitución porque le convenía a España. Y nos incorporaron como Región Ultraperiferica y no como País y Territorio de Ultramar porque era lo que le convenía a España.

Y es que las colonias hay que desarrollarlas pero no dejar que se desarrollen demasiado. Hay que cortarles las alas para que no vuelen libres y ponerles una camisa de fuerza para que no se desarrollen demasiado ya que el desarrollo altera los equilibrios de poder. El modelo económico suele ser de actividades de poco valor añadido lo que hace necesario salarios bajos y sueldos de miseria porque un modelo de bajo valor añadido como servir cafés, hacer las camas o cultivar plátanos no produce competencia por el talento del capital humano.

Y como la demografía es un arma política de ingeniería social, poco a poco se sustituye a la población nativa forzándola a emigrar mientras se traen nuevos colonos. Y cuando traes mano de obra de baja cualificación no vienen ni a "crear riqueza" ni a "crear empleo" ni a "pagar pensiones" vienen "a comer de nuestro plato". Y así un italiano con un watertaxi le importa un carajo la sostenibilidad de la isla de lobos, él lo que quiere es explotarla la máximo mientras pueda, y si eso regresar rico a Italia o vivir bien en Canarias y que el canario le haga de criado

Y es que a las colonias hay que mantenerlas controladas, no solo por los beneficios privados que reportan sino por los intereses militares. Y que no te confunda el déficit de financiación autonómica. Es irreal y depende de la forma en la que se calcula, aunque esto ya lo explicaré en otra ocasión. Pero mantener la ficción de que España sostiene a Canarias y seguir con el cuento asustaviejas de la invasión marroquí o del “de que vamos a vivir” hace que el canario siga escribiendo su historia de miedo en miedo.

Cuando entiendes todo esto entiendes que dentro de España Canarias podrá sobrevivir pero nunca prosperar.


PD: Curiosamente los "salvajes" e "ignorantes" de los guanches y nuestros primos amazigh del Atlas marroquí desarrollaron una institución para evitar la maldición o tragedia de los bienes comunales... crearon una institución llamada Agdal que todavía funciona en partes del Atlas para regular el acceso a pastos de alta montaña y su sostenibilidad, pero de esto te hablaré en otra ocasión. 

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