8aborigen, innovación y valor


Como ya he dicho voy a escribir del restaurante 8aborigen y Marcos Tavío por partida doble. Pero no voy a hablar de la experiencia gastronómica, que recomiendo a todo aquel que pueda descubrirla y disfrutarla. Sobre eso ya han escrito muchos. Yo voy a hablar de otros aspectos. En el anterior articulo hablé de como su cocina ayuda a la reconstrucción de la identidad y la recuperación de la dignidad de nuestro pasado. 

Muchos creen que en nuestro pasado ancestral no hay valor sino vergüenza, que son cosas de brutos primitivos, pero no es así. Simplemente piensan así porque no lo conocen o porque solo conocen la versión desvirtuada que enseñan en las escuelas o en los medios de comunicación. 

Para mi Marcos es ejemplo de recuperar y dignificar nuestra identidad y nuestro pasado para proyectarlo internacionalmente a través de su cocina, con identidad. Pero también es ejemplo de algo más. Es ejemplo de innovación y de futuro. Es ejemplo de que la cultura no está muerta y fosilizada sino que todavía late en el corazón. La cultura es algo vivo y es labor nuestra el avivar las brasas, porque es labor de cada generación mejorar las enseñanzas de las anteriores, como nos enseñaban nuestros ancestros...los primeros, los de antes,... y subrayo lo de mejorar. Así crecemos como pueblo y así dejas tu tarha en la tierra, siendo ejemplo que otros querrán seguir.

Marcos es ejemplo de la capacidad de innovar que tenemos los canarios cuando nos dejan, cuando no nos ponen una camisa de fuerza y no nos cortan las alas. Marcos innova en los ingredientes, basándose en la tradición, en hierbas que ya nadie recuerda, pero mezclándolas como sabio yerbero para descubrir viejos sabores y reandar la tradición mezclando pasos viejos con pasos nuevos. Pero lo mismo hace en la vajilla o en la decoración. Elementos tradicionales esmaltados en su interior para crear piezas que combinan la belleza de lo antiguo y lo moderno. 

A veces el esmaltado está hecho para que pase casi desapercibido, discreto, casi disimulado, en armonía fundiendo lo interior y lo exterior, lo cual no deja de ser un poderoso mensaje para el que sabe verlo. En otras ocasiones es obvio y con la intención de que sea obvio, dibujando el fuego de la lava de los volcanes en una piedra negra, o el celeste de las olas del mar, o el azul del cielo reflejado en el blanco de la leche de cabra en el interior un tofio de ordeñar...





Lo mismo hace con la decoración. La tela de una arpillera se convierte en bandeja de cubiertos, un tambor de drago en un recipiente. Una tabla de madera ya no es un trozo de madera, es un objeto de arte en el que podemos observar la belleza de la simplicidad, como si de un monje zen se tratara,... o, mejor dicho, de un kanku, de un sacerdote del sol nativo observando la belleza de la Creación en cada cosa, en cada grano de arena, en cada respiración, en cada momento, en cada manifestación del poder que nos ve desde lo alto y que está en nosotros.



Pero Marcos Tavío y 8aborigen son ejemplo de algo más. Es ejemplo de que lo que importa no es la riqueza sino el valor. No es lo que tengas sino lo que sepas hacer con ello. Porque el valor está en la creatividad y el conocimiento. Y lo mismo aplica a los países. 

Algunos cogen riqueza, un suelo virgen, una playa virgen, y la destruyen para ganar cuatro cuartos con ladrillos o alicatando las cañadas del Teide si los dejan..., o cogiendo las migajas trabajando de jardinero y criado de los señores, o por un contrato de seis meses en el ayuntamiento de turno o el cabildo, esparciendo el rabo de gato y no cumpliendo los protocolos para que no lo despidan. Pan para hoy y hambre para mañana o, como dicen los viejos, "Pero adonde hemos llegado/Ave María carajo/ que para coger la breva/ partimos el gajo".

Pero Marcos coge una hierba silvestre que no vale nada sino el esfuerzo de ir a buscarla, que no es poco, y la sublima. Crea valor, crea riqueza con su conocimiento, sin destruir una piedra, sin dañar un paisaje. Tu no pagas lo que pagas para cenar en 8aborigen para comerte una verdolaga, un pedazo de pulpo o una cerraja. Eso lo puedes hacer en cualquier sitio, por lo menos lo del pulpo. Tu pagas por lo que sabe hacer Marcos con esa verdolaga, con ese pulpo, con esa cerraja. Eso es crear valor y esa es la clave de la riqueza. Eso es el valor de lo inmaterial, de la creatividad y del conocimiento.

Ojalá veamos muchos más Marcos en esta tierra, y no solo en la restauración,... ¡¡¡Que diferente seria Canarias!!!


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