Era de la Fuente Santa (Agaete)- marcador equinoccial


Era de la Fuente Santa en Agaete

En el norte de Africa hay una estructura de santuario que ha llegado intacta hasta nuestros días; el morabito o khaloa. Son lugares donde está enterrado un santón. En ocasiones no solo está la tumba del hombre santo sino todo un cementerio.

Los devotos siguen realizando sus ritos en estos lugares. Son el equivalente en la Tamazgha (Magreb) a la función que tienen las ermitas, con sus peregrinaciones, fiestas y ofrendas, y en donde se implora la intercesión del santo para la salud, para demandar lluvia, para evitar la enfermedad, para encontrar pareja o para que bendiga la fecundidad del matrimonio.

Estos espacios tienen aparejado un árbol santo o un bosque santo, lo que ha contribuido a preservar arboles centenarios y bosques maduros en un área geográfica en la que la desforestación, el pastoreo, los incendios y la tala excesiva ha puesto una enorme presión sobre los bosques originarios degradándolos o haciéndolos prácticamente desaparecer.

También hay que decir que esta tradición norteafricana es preislámica, ya que en el islam la presencia de un árbol o bosque santo, como veremos posteriormente, o de un morabito o santón, se considera herejía. Es por ello que hay sectores fundamentalistas que quieren su desaparición.

La estructura del khaloa o morabito es fácilmente reconocible y se compone de tres elementos; la tumba de un antepasado santo, una fuente santa y un bosque o árbol santo. En ocasiones alrededor del morabito hay un cementerio como hemos indicado, y a veces una comunidad religiosa o zaguía. Desde el Mediterráneo hasta el Sahara y desde Siwa hasta Canarias la estructura es siempre la misma. Y digo hasta Canarias porque aquí tenemos, al menos, tres ejemplos de este tipo de santuario. 

El primero es el santuario de Teror. En su origen se componía de esos mismos tres elementos; la tumba de un antepasado, una fuente santa y un pino santo. El pino santo de Teror fue derribado por una tormenta hace ya más de trescientos años, y la fuente santa se secó al intentar la iglesia vallarla y hacer negocio cobrando la entrada. 

El segundo ejemplo lo tenemos en Tenerife, en el actual Valle de San Lorenzo, antiguamente llamado del Ahijadero. A los pies del Roque de Jama, existía el drago santo de Chacachorte. La estructura era la misma, La tumba de un antepasado, una fuente santa que todavía hoy existe, y un árbol santo. En este caso un drago que fue talado tras la conquista al construir una ermita en el lugar, ya que la población local no iba a la ermita sino al drago, al igual que ocurría en Teror con el pino. 

En el entorno del Roque de Jama se han encontrado más de 50 yacimientos, incluyendo cuevas funerarias, de habitación, así como estaciones rupestres.

A día de hoy, en el lugar donde estaba el drago santo, pusieron una cruz. Y es allí donde termina la procesión religiosa católica que se sigue celebrando en el lugar, como otro ejemplo más de los sincretismos religiosos y apropiación de lugares tras la conquista.

Pero existe un tercer santuario de este tipo que la mayoría de la gente desconoce, arqueólogos incluidos. Ese lugar es el Puerto de las Nieves en Agaete. Cuenta la tradición que había allí una casa de maguadas (sacerdotisas) y un cementerio. En donde estaba el cementerio nativo pusieron una ermita en la que, a día de hoy, todavía se depositan las ramas en ofrenda a la Virgen de las Nieves. Allí termina la Rama de Agaete, otra tradición prehispánica con similitudes en el continente. 

Este cementerio era uno de los más sagrados de la isla, ocupaba el terreno desde la ermita, hasta la era de Fuente Santa y casi hasta el margen derecho del barranco que desemboca en las actuales piscinas. Estaba dividido en dos partes por una muralla circular tenia tumbas tantos dentro como fuera de la muralla circular. Este cementerio, el maipeiz de abajo, estaba hecho de túmulos de cascajos de roca volcánica sobre un campo de lava, al igual que el del maipez de arriba que todavía se puede visitar.

Estos túmulos hechos de "cascajos" para proseguir con la terminología de la gente de Agaete, fueron destruidos al final del siglo XIX para hacer tierras de cultivo y, posteriormente, incluso un estanque. Adyacente a este cementerio nativo, está la Era de la Fuente Santa y un poco más allá, hacia el barranco, estaba la fuente santa, hoy ya seca. 

Tenemos por tanto dos de los elementos de un "morabito", falta el tercero; el árbol o el bosque santo. Es fácil imaginar un bosque santo, ya que el lugar era antiguamente un enorme bosque de palmeras. El árbol santo, posiblemente un pino, estaría un poco más arriba de la era, hacia el interior del barranco. Este árbol posiblemente fuera talado para la construcción de la Torre de Agaete - que edificó Alonso Fernández de Lugo durante la conquista de la isla - en las cercanías del lugar. Por eso no tenemos memoria de él. 


Los arqueólogos dicen que la era es del siglo XIX. Yo no me lo creo. Simplemente viendo el enorme desgaste y pulido de las piedras de la era se ve que es mucho más antigua, al igual que las deformaciones y hundimientos del terreno. Cuando se catalogó esa era se pensaba que los antiguos canarios no eran capaces de ciertas construcciones o cálculos matemáticos complejos, algo que se ha demostrado falso. Si pudieron construir bóvedas como la de Risco Cáido o la de la cueva de Tara, podían perfectamente construir una era. De hecho en Tenerife están documentados espacios circulares de celebración denominados guácaras.

Era de la Fuente Santa, con un diseño único y actualmente muy deteriorada por el paso de los coches 

Es fácil seguir el razonamiento de los arqueólogos de la época. Si los terrenos se prepararon para el cultivo en el siglo XIX y las eras servían para trillar, esa era debía ser del siglo XIX. Pero el lugar donde está esa era apunta a un uso ritual, un uso mágico-religioso. Porque en esa era de Agaete nunca se trillo. Y esto me lo confesó un viejito que vive allí y que fue guardián del estanque. Un viejito de ochenta o noventa años que siempre vivió allí. También me comentó que hay un camino que sube a Tamadaba por el Roque Bermejo, que el usaba en su juventud para ir a buscar un jase de monte por el que le pagaban media peseta, o algo así.

Era de la Fuente Santa, la suciedad y la hojarasa y los árboles no permite ver bien el diseño de la parte inferior, mientras que el desgaste por trafico ha destrozado otras partes de la era.

Pero hay más. La era no está construida con cascajos, sino con piedras que tuvieron que traer de la playa y el barranco. Tiene un diseño precioso y único en Canarias hasta donde yo se. Es circular pero su dibujo no. Muchas eras son simétricas y con radios, pero esta no. La forma recuerda a una puerta o al roque Antigafo o al roque Faneque, ambos en Agaete y hacia los que apunta. Recordemos que tanto el árbol como la montaña o el roque pueden simbolizar un Axis Mundi, y el ejemplo lo tenemos en el roque Bentayga, también en la isla. 

Del dibujo del roque o puerta salen diferentes rayos. Uno de estos rayos es un marcador equinoccial, marcando exactamente la línea Este-Oeste. La intersección con el otro único rayo que atraviesa el total del diámetro, marca el centro de la misma, y forma un angulo de unos 45º.  Otro rayo marca perfectamente el sur, y su proyección hacia el norte coincide perfectamente con la esquina superior de la base del roque o "puerta", marcando el norte. 

Además, desde el antiguo cementerio nativo, el roque Antigafo marca la salida del sol en el solsticio de invierno. Pero mi intuición me dice que esa era guarda muchos más secretos astronómicos o matemáticos.

Era de la Fuente Santa en Agaete

Desgraciadamente, y ante la desidia del Ayuntamiento de Agaete, del Cabildo - y de arqueólogos como Pepe el Uruguayo al que le comenté hace años ya la importancia de este patrimonio - esta maravillosa era o guácara, está a punto de desaparecer. El deterioro de la era desde hace unos años a esta parte es enorme. El paso continuado de coches por encima ya esta destruyendo muchas de las piedras pequeñas que estaban de relleno entre los rayos de la era. Está sucia, hundida en varias de sus partes, llena de residuos, hojarasca y tierra que no dejan apreciar bien el dibujo en todo su esplendor.







Quizás algún día nuestros políticos entiendan que es más importante conservar nuestro patrimonio e identidad que bajarnos los calzones para el turismo. Destrozar esta maravilla para hacer aparcamientos "pal turismo" es un disparate que solo a un mauro se le puede ocurrir. ... y si no lo entienden que mal rayo los parta.


PD:  Fotos, mediciones, video y plano en 3D de Juan Manuel Caballero

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