En países con recursos naturales, es más fácil mantener la autoridad y el poder comprando favores y repartiendo la tarta a corto plazo, que a través de políticas económicas orientadas al crecimiento y un marco jurídico bien regulado. El resultado es que se descuida la infraestructura institucional y la diversificación de la economía. En lugar de usar los ingresos provenientes de los recursos naturales para impulsar el desarrollo y el crecimiento económico, gobernantes, políticos y funcionarios corruptos pueden apropiarcelos o desviarlos.
La riqueza de recursos naturales puede agravar diferencias y peleas internas, pudiendo terminar en conflictos graves e incluso guerras civiles. Ecuador por ejemplo es rico en petróleo, pero es uno de los países mas corruptos de América latina. Resentimientos sobre cómo se ha repartido la riqueza generada por el petróleo en Venezuela ha contribuido a las divisiones políticas en aquel país. La maldición de los recursos naturales crea estagnación, estagflación y conflicto en lugar de crecimiento económico y desarrollo.
La imagen muestra la correlación entre el crecimiento económico y las exportaciones de recursos naturales como % del PIB |
En Canarias debemos añadir a todo esto los problemas derivados de nuestra realidad geográfica, es decir un territorio frágil, fragmentado y con superpoblación. Con lo cual también estaremos hablando también de política inmigratoria y medioambiental.
Sin necesidad de llegar al extremo de la aparición de conflictos armados, existen otros factores que podemos mencionar como la mala gestión gubernamental de los recursos, un excesivo endeudamiento potencial del gobierno y relajación fiscal, instituciones débiles o inestables y sobre todo corrupción, clientelismo político y secuestro del Estado.
La transparencia y responsabilidad inherente en el buen gobierno corporativo o público, son las claves para evitar la maldición de los recursos naturales. Desgraciadamente se tarda mucho más tiempo en desarrollar un gobierno eficiente con sus instituciones que el desarrollar campos petrolíferos y construir oleoductos. En países que han sido ex colonias como Hong Kong o Singapur, este problema es menor ya que traen “heredada” la infraestructura y el marco legislativo. Por tanto en Canarias este problema podría ser resuelto con una plantificación e independencia de ciertas instituciones.
Para evitar el Mal Holandés y para evitar la corrupción la solución que se ha puesto en práctica es muy sencilla. Crear los llamados fondos soberanos que pueden ser básicamente de dos tipos, de Estabilización o de Distribución.
Fondos de Estabilización y Ahorro
El propósito de los fondos de estabilización es blindar al presupuesto del gobierno de los vaivenes del precio de las materias primas. En años en que el precio de la materia prima sea alto una mayor parte de los beneficios van al fondo y en años en que el precio sea bajo una mayor parte del beneficio va al gobierno. Además se trata de ahorrar para las generaciones futuras dado que los recursos son agotables. El gobierno se puede gastar el beneficio del fondo menos la inflación. Dichos fondos contribuyen a la disciplina presupuestaria y mejoran el buen gobierno, al establecer transparencia de los ingresos petroleros.
Uno de las limitaciones de estos fondos es que los gobiernos todavía pueden saltarse los límites al gasto mediante la emisión de deuda, como paso en Latinoamérica en los 70 y 80.
Fondo de Distribución de los Ingresos del Petróleo (FDIP)
Este tipo de fondo distribuye un dividendo a los ciudadanos. Al evitar la acción e interferencia del gobierno se reduce el espacio para la corrupción, pero también produce otros beneficios políticos y económicos. Primero produce una redistribución de la riqueza y provee de una fuente de dinero para que los ciudadanos más pobres puedan convertirse en emprendedores. Como constituye una fuente constante de ingreso, también puede usarse como colateral para financiar proyectos de Pymes. Otra ventaja es que ayuda a contrarrestar el excesivo peso que puede llegar a tener el gobierno y hacer que los ciudadanos, a fin de maximizar el valor del dividendo, demanden transparencia de las empresas públicas o semipúblicas y en la gestión del gobierno. El dividendo es normalmente igual al beneficio del fondo menos la inflación, a fin de proteger la riqueza generada por recursos naturales agotables para las generaciones futuras.
Una crítica a este tipo de fondos es que detrae fondos de la economía para el desarrollo de las infraestructuras necesarias, pero esta crítica está equivocada. Primero el objetivo del gobierno debe ser crear las condiciones para el desarrollo político y económico. Distribuyendo una parte de los beneficios se incentiva la iniciativa privada, el dinamismo y el desarrollo, además con un mercado de valores , si fuese necesario, los ciudadanos pueden aportar los fondos para la construcción de las infraestructuras directamente o a través de vehículos de inversión colectiva. Esto tiene la ventaja de democratizar la economía.
En Canarias la implementación de esta medida choca con nuestra pertenencia a España y a la UE, por tanto cualquiera puede domiciliarse en Canarias y aprovecharse de este fondo. En Alaska existe un fondo de este tipo, pero Alaska es un territorio inmenso con una población muy pequeña, mientras que Canarias es el caso contrario.
El establecimiento de estos tipos de fondos en Canarias solucionaría los problemas de corrupción y buen gobierno, pero dejaría todavía sin respuesta otros problemas como el Mal Holandés. Nuestra pertenencia al Euro hace que la gestión de la divisa y la política monetaria no esté en nuestro poder. Para poder manejar una economía combinando la industrialización con una baja inflación y manteniendo el beneficio para los Canarios, todavía tenemos que utilizar una política fiscal, industrial y exterior. Para poder afrontar estos retos y aprovechar las oportunidades de desarrollo, Canarias necesita un verdadero gobierno y políticas de Estado.
Conclusión, las materias primas crean problemas importantes así como grandes oportunidades. Para que Canarias pueda afrontarlos con éxito necesitamos cambiar la naturaleza de las relaciones con España y la UE ya que el marco actual no nos permite solucionar los problemas económicos y sociales que la explotación de los recursos naturales trae aparejada.
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