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| Foto: El Dia |
Los incentivos que crea la ley electoral canaria son perversos, porque enfrentan a unas islas con otras. Una isla grande, junto con las demás pequeñas, puede aislar a la otra isla grande para beneficio propio. Ese es el sistema creado por Adán Martín y ATI. Y es más fácil aprovecharse de la otra isla grande con el apoyo de Madrid que enfrentarse a Madrid por el bien de todas Canarias.
En Canarias tenemos un triple problema. Primero tenemos la élite local que son los capataces de España que le cuidan la finca que se llama Canarias. Lo mismo pasó en la Cuba española, una parte de la oligarquía cubana alineó su destino y su fortuna con los intereses españoles en Cuba. Este sistema de apoyar a una parte de la oligarquía local contra otra en una estrategia de divide y gobierna fue empleado profusamente por los europeos en su colonización de Africa en el siglo XIX y en el mantenimiento de sus colonias en Américas. Es un viejo truco. Por eso no es casualidad que a finales del XVIII principios del XIX se produzca la división provincial en Canarias, y no hablo de la división de 1927 sino la primera división provincial, la de la provincia eclesiástica y la creación de la Diócesis Nivariensis en Tenerife, un pacto entre la Iglesia, la oligarquía santacrucera y Capitanía General para monopolizar las relaciones de Canarias con el exterior centralizándolas en Santa Cruz. Pacto que llega hasta nuestros días y que está en el origen del pleito insular.
El segundo problema es que la oligarquía local no es local, es foránea. Algún canario hay pero la mayoría es española o foránea. De hecho en Canarias se gobierna para el turismo de la misma forma que en la Guinea española se gobernaba para las empresas españolas de cacao o en Cuba se gobernaba para los intereses españoles en Cuba. De hecho cerca del 80% de las camas hoteleras canarias están controladas por las multinacionales hoteleras españolas. Y en otros sectores tanto de lo mismo.
El tercer problema es no entender que los verdaderos intereses que defiende el sistema canario no es el de la oligarquía canaria, sino los intereses económicos, políticos y militares de España en Canarias.
Y si eres capaz de entender estos tres puntos entenderás que he tratado de explicar que Canarias es una colonia sin decir que Canarias es una colonia. Porque como hemos dicho en otras ocasiones el colonialismo no es más que un caso de instituciones económicas y políticas extractivas sin soberanía. Y los cuadros del parlamento de Canarias están ahí para recordártelo, para recordarte como funciona realmente el sistema en Canarias y quien es el amo. Por eso no los quitan ni España deja que los quiten.
¿Significa esto que no hay margen de maniobra? No. Significa que tenemos que hacer un esfuerzo aun mayor para cambiar las cosas. El primero es incrementar la representación parlamentaria, insular y municipal. Existen vías tácticas para minimizar el daño: acuerdos interinsulares que prioricen políticas comunes, protocolos de gobernanza conjunta, transparencia presupuestaria, auditorías del coste por escaño y reformas administrativas dentro del marco competencial. Son medidas que no resuelven el problema de raíz, pero pueden reducir la capacidad de captura y crear las condiciones políticas para demandas más ambiciosas.
¿Deberíamos quitar los cuadros del Parlamento de Canarias o dejarlos ahí para recordarle a los canarios que no tienen ni democracia ni soberanía?

El futuro está en los institutos y las universidades. En esas mentes jóvenes a los que el colonialismo todavía no ha castrado del todo la iniciativa y las ganas de progreso.
ResponderEliminarLas universidades y los institutos son las principales herramientas de adoctrinamiento del colonialismo español,... si pones tus esperanzas en eso vamos listos!!!
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