De hoteles a molinos, mismo perro con distinto collar


Los científicos, sociólogos y psicólogos saben desde hace mucho tiempo que como es adentro es afuera. Nuestros comportamientos y actitudes son reflejos de nuestros sentimientos, de nuestras creencias, de nuestro mundo interior… y si cambiamos lo uno irremediablemente cambiamos lo otro.

Jean-Pierre Lachize era militante comunista. Un día, al hojear una Biblia sintió que su vida se tambaleaba: Esa frase -Si os digo la verdad ¿por qué no me creéis?- entró directamente en su corazón y tuvo una fuerte experiencia mística que lo transformó.

Jean-Pierre Lachize se hizo pastor y está convencido de ser un hombre totalmente distinto; tal vez sus allegados piensen lo mismo. Sin embargo ha cambiado lo que piensa pero no como piensa. Ha cambiado sus valores superficiales, pero conservado los mismos valores profundos, es decir, un nivel de existencia autocrático en el cual se busca el orden y se considera que existe una verdad absoluta a la que hay que sacrificarse para alcanzar una felicidad futura.

En Canarias pasa algo parecido. Hemos pasado de recalificar suelo y vendérselo a los extranjeros para hacer hoteles, a recalificar suelo y vendérselo a los extranjeros para poner energías renovables. Cambio la pintura pero el cemento sigue siendo el mismo, en el fondo es el mismo modelo aunque hayan cambiado las apariencias.

Los valores de un ser humano, de una organización o de una sociedad se organizan en tres estratos: valores superficiales, valores ocultos y valores profundos. Los valores superficiales son aquéllos que se manifiestan pública y abiertamente en todos los actos de la existencia.

Los valores ocultos son valores que nosotros queremos que permanezcan ignorados por los demás porque están en contradicción con los valores superficiales. Son nuestra sombra psicológica.

Los valores profundos son estructuras que condicionan nuestra interpretación y percepción de la realidad, que sostiene y condiciona todo lo demás. Son los cimientos de nuestra percepción. Cuanto más se avanza hacia los valores profundos, más inconscientes son estos valores, más abstractos y más difíciles de cambiar.

Por eso tenemos resistencias y no queremos reconocer la verdad. Entonces la negamos porque o bien no queremos renunciar a nuestros valores superficiales, nuestro ego, o bien no queremos evolucionar transformando nuestras estructuras profundas.

Lo que subyace es un proceso de disonancia cognitiva. Recordemos que la cultura no es sino un sistema de creencias y de valores que dan significado y generan una percepción de la realidad. Cuando alguien sostiene una cultura tóxica basada en creencias fundamentalmente arraigadas y se le presenta pruebas que van en contra de esa idea, la nueva evidencia no es aceptada. Se creará una sensación incómoda llamada disonancia cognitiva. debido a que es tan importante proteger esa creencia tóxica, automáticamente se ignorará e incluso se negará con todo tipo de excusas aquella información que ponga en peligro dicha creencia o ideología. ¿por favor deja de decirnos la verdad, no la podemos soportar!

Decía Buda que la ignorancia es no querer reconocer la verdad, como el avestruz que esconde su cabeza en la arena en lugar de enfrentarla. Y esta ignorancia pasa en todos los niveles, por ejemplo en una familia toxica o con sistemas desestructurados, la persona más sana es la que causa la fricción. Suelen crear resistencias e incomodidad en el resto de la familia. Lo mismo ocurre en sociedades y culturas.

Ante el narcicismo chato de todas las opiniones valen lo mismo, la verdad es que la realidad es como una cebolla, hay que ir quitándole capa tras capa hasta llegar a las verdades profundas, a las verdades que trascienden y transforman.

Por eso quizás debiéramos replantearnos muchas cosas, nuestros valores y actitudes,… muchas veces copiados o aprendidos de otros. Quizás, en lugar de seguir alimentando al abessan ("lo oscuro" en terminología de los antiguos canarios) debiéramos recuperar los caminos de los ancestros y plantearnos que nos quiere decir las situaciones de la vida y que tenemos que cambiar para hacer un mundo más justo y recuperar nuestro equilibrio como sociedad.

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