Entendiendo la pervivencia del franquismo en la política canaria

Carlos Alonso - el presidente del Cabildo de Tenerife - ha incluido a Casimiro Curbelo entre los nacionalistas y espera que se una a CC. Alonso ha lanzado una invitación a Casimiro haciéndole un sitio en la pileta donde abrevan todos ellos. Por cierto, también invitó a Bravo de Laguna, de Unidos por Gran Canaria, con quien está negociando una coalición electoral. El cambalache y el gangocherismo son la norma en Canarias.

La inclusión de Curbelo y Bravo de Laguna dentro de los "nacionalistas" demuestra el concepto flexible que maneja la CoCa al respecto. Como pueden ver CC es bisexual, come tanto carne como pescado, le da igual acostarse con alguien de la derecha como de la izquierda. Al fin y al cabo CC no es un partido nacionalista sino un "partido de poder" - es decir sin ideología- y que solo basa su razón de ser en la mamandurria de chupar de la teta presupuestaria. Por eso allí caben todos, siempre que se pongan de acuerdo en que parte del dornajo (pileta en la que comen los cerdos) abreva cada piara.  

Bueno en realidad estoy siendo injusto con CC. Es verdad que en el fondo son nacionalistas, pero nacionalistas españoles. No es de extrañar cuando ATI, API y demás no son otra cosa que los herederos fisiológicos, ideológicos y psicológicos del franquismo en Canarias.


Que en Canarias sigan gobernando los herederos del franquismo no ha de extrañarnos. Lo explican muy bien Michael Albertus y Victor Menaldo - profesores de Ciencias Políticas de las universidades de Chicago y Washington respectivamente - autores del libro "Autoritarismo y los orígenes elitistas de la democracia" recientemente publicado.

El libro argumenta que, a menudo, la democracia no reinicia el juego político en igualdad de condiciones después de desplazar a un régimen autoritario. Con frecuencia las instituciones democráticas son  diseñadas por el régimen autoritario saliente con el fin de proteger a las élites establecidas y darles una ventaja ilegítima e injusta en la economía y en la política de la sociedad resultante del proceso de democratización.

Dicho de otra forma, mediante el diseño institucional y constitucional se "tunea" el sistema para asignar poder y privilegios a las élites establecidas dándoles una ventaja ilegitima, asegurándoles el control de los mecanismos administrativos del Estado y protegiéndolos de la competencia económica y política para mantener su supremacía.

El gran error de la izquierda ha sido el pensar que la libre competencia económica y política beneficia a las élites cuando en realidad es lo que más les perjudica. Precisamente para evitar dicha competencia es para lo que "tunean" el sistema. La libertad comercial (la que gozábamos durante gran parte de la época de los puertos francos y que estaban en nuestros fueros) es lo opuesto al privilegio (licencias del REA o subvenciones por ejemplo) y al monopolio/oligopolio que necesita la casta para mantener su poder economico dada su mediocridad. Da igual que gobierne la izquierda o la derecha, para la élite lo importante es que el poder esté concentrado porque todo poder concentrado es más fácil de comprar y controlar.

Las herramientas constitucionales que utilizan las élites autoritarias salientes para lograr sus fines son variadas, empezando por la redacción de la Constitución, e incluyen, entre otros, el diseño del sistema electoral, nombramientos legislativos, federalismo, inmunidades legales, el papel de los militares en la política, diseño de tribunales constitucionales y requerimientos de grandes mayoría para el cambio (y de esta forma "blindar" sus privilegios).

Creo que todo esto te "sonará" de algo. Define lo ocurrido durante la Transición española donde no hubo periodo constituyente ni a los ciudadanos se les preguntó nada. Los ciudadanos no elijieron diputados para que redacten una Constitución sino que hubo un golpe de mano y la Constitución se hizo bajo la supervisión del ejercito y de las fuerzas franquistas. El pueblo no pudo más que refrendarla. De esta forma, como en toda dictadura, el poder político se constituyó de arriba a abajo y no de abajo a arriba. 

No solo se creó un Tribunal Constitucional a medida sino también la grotesca Audiencia Nacional, un tribunal político y especial heredero del Tribunal de Orden público de la Dictadura al que solo cambiaron el nombre. Se dotó de inmunidad a los crímenes franquistas y la figura del rey - una corona en torno a la cual se articulan las élites franquistas. El rey puesto a dedo por el franquismo no gobierna pero reina... una llamadita aquí, un quitarme esa ley de allá, un trafico de influencias por aquí, una comisión por allá... un colócame a este en tal puesto, un 23F para cambiar a un presidente que no hace caso ...

El cambio es dificil porque las barreras para cambiar el contrato social en países que heredan constituciones de un régimen autoritario anterior suelen ser enormes. Estas constituciones "blindadas" a menudo contienen disposiciones que requieren grandes mayorías para cambiarlas. Y las élites del pasado autoritario - que se benefician de estas constituciones - utilizan su poder y el control administrativo del aparato del Estado para aprobar políticas que afianzan aún más sus privilegios políticos y económicos.

Es lo que ocurre en España con el Régimen del 78 que se niega a cambiar bajo la falsa bandera de defensa de un supuesto Estado de Derecho y de las leyes,... como si Estado de Derecho y democracia fuesen sinónimos cuando no lo son. Como si Hitler, Stalin y Mao no tuvieran leyes y Estados de Derecho basados en un ordenamiento jurídico. Como si un verdadero Estado de Derecho fuese posible sin una independencia judicial que en este país no la hay. Para el Régimen del 78 la Constitución está escrita en piedra (los artículos que le interesan claro, los otros no) porque suno supervivencia y privilegios dependen de ellala, y la ley está para cumplirla (siempre que los beneficie a ellos, que con una mano defienden la ley y con la otra se la saltan saqueando al país)..... 

En una democracia las libertades son las que fundan el poder político pero aquí es al revés. Las élites franquistas y postfranquistas se apoderarón del poder político, lo constituyeron y después de que se aseguraron el poder concedieron las libertades. Dijeron, ahora que el poder lo tenemos nosotros damos libertad a que nos elijan, pero tan solo pueden elegir a uno de los cuatro... por tanto lo único que podrá cambiar es la cuota de poder entre ellos (piensa en el sistema electoral canario y especialmente en sus altísimas barreras porque sirven precisamente para eso). 

La idea es muy sencilla, se trata de apartar al ciudadano del proceso de decisiones. Se trata de que no participe en el proceso político, de que se abstenga, de que no opine. Si no participa no cuenta. Cuanto más gente se abstenga e inhiba del proceso político más fácil es mantener el poder concentrado en pocas manos. Esto es algo sobre lo que deberían reflexionar los abstencionistas que todavía no se han dado cuenta del terrero en el que tenemos que bregar. 

De esta forma el contrato social no ha sido consensuado sino impuesto, ya que ha sido escrito por la élite del régimen autoritario y al ciudadano tan solo se le ha permitido refrendarlo con mayor o menor coacción. De esta forma el sistema puede parecer democrático pero no funciona por y para los ciudadanos sino por y para la élite. Los derechos son concedidos, por ejemplo la libertad de expresión o una cierta autonomía regional (muy lejos de lo que se considera plena autonomía interna por la ONU) a la que se le puede aplicar el 155 según les convenga.

Es cierto que los ciudadanos no padecen los peores abusos del autoritarismo como la censura total o la represión directa, pero el ciudadano está muy lejos de ser un actor importante en la determinación del poder político y de las políticas públicas. Esta pseudodemocracia es, por tanto, una especie de limbo o purgatorio en donde los ciudadanos vagan - a veces durante décadas - con poca o nula capacidad para determinar su destino.

Pero en ningún lugar de todo el Estado español este mecanismo se manifiesta de forma más grotesca y surrealista que en Canarias. En ningún lugar el déficit democrático es más evidente. Si lo piensas bien el Estatuto de Autonomía, el Régimen Económico y Fiscal, la incorporación de Canarias a la UE como Región Ultraperiférica y sobre todo, la piedra angular de todo este tinglado que es la Ley Electoral Canaria responde a la lógica que hemos expuesto en este artículo.

Todas ellas son lo que los economistas denominan "instituciones extractivas", es decir instituciones políticas y económicas basadas en el concepto de extraer privilegios para la élite. Instituciones que benefician a una minoría, a costa de sacrificar los derechos, oportunidades e intereses de la mayoría mediante la concesión de privilegios a una casta.

Cuando hablan de blindar el REF hablan precisamente de eso, de perpetuar y blindar el mecanismo que les permite extraer privilegios a unos pocos a costa de las oportunidades de desarrollo de la mayoría de los canarios. Es lo mismo que han hecho con la satánica Ley Electoral Canaria, donde para cambiarla se necesitan 40 de los 60 diputados del Parlamento y donde incluso es ilegal llevar una proposición de ley por Iniciativa Popular para reformar el sistema electoral canario ay que el artículo segundo de la Ley de Iniciativa Legislativa Popular de Canarias lo prohíbe expresamente.

Viendo los números, parecería que se necesita dos tercios para cambiar la ley electoral pero en realidad se necesita mucho más. Teniendo en cuenta que el 17% de los canarios eligen el 50% del Parlamento y el 80% restante elige el otro 50%, en realidad se necesita del 88,7% de los canarios para cambiarla. O dicho de otra forma, el 11,3% de los canarios pueden imponer su voluntad al 88,7% restante. Comprar ese 11,3% de los votos es muy barato, un plan de empleo por aquí, una subvención por allá, etc....

El resultado del sistema es claro; la CoCa - o quien sea que gobierne en Canarias - no necesita alinear sus intereses con los del pueblo canario. Basta con que los alinee con los intereses de Madrid y Capitanía General, tal y como ha hecho la oligarquía tinerfeña desde el siglo XIX. ¿lo entiendes ahora?

En Canarias usted puede votar lo que quiera que ellos  harán con su voto lo que les de la gana,... como tirarlo a la basura por ejemplo. La traducción de votos en diputados en Canarias tiene de democrática lo que yo de astronauta.

Hemos de reconocer que ser presidente habiendo quedado segundo tiene mérito. En un régimen normal denotaría capacidad negociadora. Pero gobernar en minoría habiendo quedado terceros en las elecciones solo ocurre en un país subtropical como Canarias en donde la voluntad popular se la pasan por el arco del triunfo. 

En Canarias el sistema facilita, bajo la falsa apariencia de una democracia, el gobierno de una oligarquía plutocrática y caciquil, tolera la injusticia social, la desigualdad. Fomenta la ignorancia y  el desconocimiento de los derechos fundamentales de los ciudadanos que son sistemáticamente vulnerados, o mejor dicho de los "súbditos coloniales" porque España es una monarquía y Canarias una colonia turística y de mercado cautivo.

Pero para ser honestos hay que admitir que la CoCa no es la creadora del engendro sino el producto del engendro. El engendro es un régimen impuesto. Canarias ni siquiera aprobó en referendum su propio Estatuto de Autonomía, simplemente se le impuso. Se le otorgó como concesión de la metrópoli para defender los intereses de la metrópoli y sus medianeros en Canarias, igual que se nos obligó a entrar en la UE a pesar del voto en contra del Parlamento de Canarias y bajo amenaza de aplicarnos el articulo 155 de la Constitución, igual que se nos metió en la OTAN obligados a pesar de haber dicho que Canarias dijo no en el referéndum celebrado en 1986. Esa es la realidad.

Si, ya se que te han dicho que el REF, la ultraperiferia y demás machangadas es por nuestro bien, que la ley electoral canaria es para proteger a las islas menores y que los burros vuelan... pero recuerda que toda persona tiene dos razones para hacer las cosas; una buena razón que actúe como excusa y la verdadera razón (que te explico en este artículo) que no tiene nada que ver con lo que nos han vendido.

Las pseudodemocracias nacidas de regímenes autoritarios con el fin de perpetuar a la élite en el poder son un fraude y una receta para el descontento con la propia democracia. Lo hemos visto en America Latina, lo hemos visto en el sur de Europa, lo estamos viendo en Sudafrica. El descontento puede conducir al fin de la democracia. El populismo y la demagogía conducen de regreso al totalitarismo porque en lugar de reformar las instituciones capturadas por la élite se desmantelan - pero sin crear una base solida y democrática que la sustituya - ya que se han abandonado los principios de la democracia liberal y se han sustituido por principios populistas. Es lo que ha pasado por ejemplo en Venezuela o en Zimbabue.

Evidentemente,  tal y como exponen los autores del libro, hay una salida pero no es fácil. La realidad nos enseña que para cambiar las cosas no basta con elegir "políticos honestos". Lo que hay que hacer es cambiar la estructura jurídico-política.

Los partidos políticos que pretenden hacer reformas en la administración pública, sin tener el poder político para reformar las leyes, están condenados al fracaso. Por otra parte los partidos políticos que pretenden reformar las leyes, sin tener poder político suficiente para reformar o cambiar la Constitución Política, no solo están condenados al fracaso sino que además son culpables de distraer y crear falsas expectativas a sus seguidores con objetivos que no pueden alcanzarse mientras no se cambien las normas que regulan el modo de conformar y de ejercer el poder político.

Las democracias sesgadas y fraudulentas pueden reformarse redefiniendo el contrato social, es decir, redefiniendo el modo de conformar y de ejercer el poder político tal y como están intentando hacer en Catalunya con el "procés". Pero esta transformación no es fácil, generalmente ocurren en momentos de grave crisis económica y se necesita de la movilización masiva de los ciudadanos - a través de la sociedad civil - junto con la movilización política institucional, así como el apoyo material de, al menos, una facción de las élites desafectas o desfavorecidas del régimen. Es decir, una alianza transversal o interclasista si quieres llamarla así.

El proceso es complejo pero ha sido estudiado por muchos autores. Para implementarlo se requiere paciencia, un liderazgo magnánimo y maduro, una militancia formada y el profundo convencimiento e interiorización de los valores democráticos por parte de la ciudadanía.

Como verás lo que ocurre en Canarias, desde la baja calidad educativa hasta los altos indices de pobreza, paro, desigualdades sociales, falta de calidad democrática, aculturación, el régimen gangochero, el falso nacionalismo así como la pervivencia de las élites franquistas y postfranquistas enquistadas en las instituciones no es ni casualidad, ni error, ni ignorancia, ... es diseño con premeditación y alevosía.

Solemos pensar que Canarias es un caso único en el mundo, una excepción a las leyes de la política, la economía, la química y la física,... algo así como una singularidad cuántica,.... No es así, pero pensarlo es cómodo, nos da una justificación y una excusa para no hacer nada.






PD:  Lo que ocurre en el soberanismo canario tampoco es error sino directamente ignorancia, incapacidad y falta de humildad para aprender y corregir errores.

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