Sin ideas y
endeudados, España busca ponerle un impuesto al sol. Ese es el titular del artículo aparecido en la influyente revista americana
Forbes. Desde luego la gestión del ministro de turismo energía e industria lo
está cubriendo de gloria incluso allende las fronteras españolas. La ocurrencia de
ponerle un impuesto al sol le ha ganado al ministro Soria fama internacional. Según
la revista americana “Parece que los miembros del Gobierno se quedaron sin ideas,
miraron al cielo un día y pensaron “¡Ya lo tengo! ¡Pongamos un impuesto al sol!””.
La forma de
“solucionar” los problemas en España parece no ser ponerle freno al saqueo de las arcas
públicas y al despilfarro, sino que, según la revista americana, la vía elegida por
España es imponer “impuestos y multas increíblemente onerosos”, y los impone
precisamente sobre el comportamiento que ha estado incentivando y
subvencionando durante más de una década: el uso de paneles solares. Elemental
querido Watson.
Forbes también critica
las medidas contra el autoconsumo como la “prohibición” de vender la energía
sobrante a las eléctricas y, sobre todo, la obligación de conectar todos los
paneles solares a la red con amenaza de multas de hasta 30 millones. ¿De dónde
sacaron esa cifra?
Aquí de nuevo se
mofa del ministro de Industria, José
Manuel Soria: “Esta clase de cifra es tan inabarcable para una persona
media que es casi como si se la hubieran
sacado de la manga en una conversación como ésta: “Ponemos 10 euros?” “Qué
va, eso es muy poco.” “¿Qué tal 100 millones de euros?” “No, no, eso es
muchísimo.” “¿30 millones de euros? “Sí, eso suena bien”.
Independientemente
de cómo se hayan sacado de la manga la cifra de 30 millones de multa, la intención es
claramente asustar a los contribuyentes coaccionándolos para que se conecten a
la red y de esta forma poder cobrarle impuestos. El impuesto hace económicamente inviable el producir electricidad propia, siendo mucho más barato el comprarle la
energía de las eléctricas. Ese es exactamente el fondo de la cuestión.
En el mismo tono
irónico prosigue el articulo “Pero espere, porque la cosa se pone peor. El uso
de paneles solares no solo ha hecho posible que mucha gente produzca su propia
energía por menos de lo que tendría que pagar a las eléctricas, sino que muchos
residentes en España generan suficiente electricidad solar como para vender el
excedente a la red. Esto, parece ser, es un problema. El gobierno esta parando
eso también, como parte de los esfuerzos de reforma (léase: medidas
desesperadas) habrá una prohibición a la venta de la energía extra".
Toda la historia
parecería ridícula e incomprensible si no fuera porque nosotros si que conocemos a Soria y su
panda. Sabemos cómo piensa y no en vano lo hemos sufrido en el gobierno de
Canarias durante los 16 años que el PP gobernó con Coalición Canaria, sus
socios en el gobierno de pies negros.
Antiguamente los
reyes daban tierras a los caballeros que le servían bien en la guerra. Junto
con las tierras se le daba permiso para construir un molino y al mismo tiempo
una ley obligaba a los deudos del nuevo señor a moler su trigo en el susodicho
molino a cambio de una parte de la harina.
Por supuesto los
deudos no se podían ir a moler el grano
a otra parte ni nadie podía poner un molino para hacerle competencia al señor
feudal sin permiso del monarca. Como era ley, el incumplirla llevaba penas que
podían ser de cárcel, pérdida de hacienda o en casos extremos de necesidad
aleccionadora de la horca. Como verán el negocio era perfecto.
Y ustedes dirán... pues menos mal que esos tiempos acabaron y ya las cosas
no son así... pues vayan y cuéntenselo a Soria. La creación de molinos - mercados
cautivos - a través del intervencionismo gubernamental es la base de todo fascismo
y del colonialismo, y de eso en Canarias sabemos un montón.
El chiste y la burla de la que hace gala la publicación de Forbes se torna
en farsa y tragicomedia cuando entendemos que la tragedia social de Canarias -
de emigración, paro, pobreza y desastre ecológico - es el resultado de esa
forma de pensar que podemos denominar “economía fascista del molino”. Un modelo económico que han implementado durante
décadas en Canarias, tanto Soria y su panda del PP como Coalición Canaria y el PSOE. Mandando a Soria a España no solo nos lo hemos quitado de
encima sino que, además, le hemos dado a probar a los españoles un poco de su propia
medicina.
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