Es el hombre bueno o malo por naturaleza. Esta cuestión se la plantearon grandes pensadores y en torno a ella construyeron modelos económicos y políticos.
Thomas Hobbes fue un filósofo conservador del siglo XVII , lo que hoy diríamos un tipo de derechas muy de derechas. Hobbes sostenía que el hombre era malo por naturaleza, pues siempre privilegia su propio bien por encima del de los demás, y, en un estado salvaje, vive en medio de continuas confrontaciones y conspiraciones, cometiendo crueldades y actos violentos para asegurarse la supervivencia.
Para Hobbes el hombre era un depredador, “un lobo para el hombre”, y que la única forma de salir de ese estado primitivo estribaba en la construcción de un Estado nacional, con un poder político centralizado, de corte absolutista y monárquico, que permitiera al hombre agruparse para sobrevivir, pasando de ese estilo de vida salvaje a uno de orden y moral, superior y civilizado.
Un siglo más tarde Jean-Jacques Rousseau, un filosofo suizo nacido en Ginebra diría lo contrario; que el hombre es bueno por naturaleza, que el ser humano está orientado naturalmente para el bien, pues el hombre nace bueno y libre, pero la educación tradicional oprime y destruye esa naturaleza y la sociedad acaba por corromperlo. Hobbes cree necesario un contrato social para lograr una convivencia armoniosa, equilibrada y en paz entre los ciudadanos de una sociedad.
Rousseau fue un autor de gran influencia en la Ilustración. Era un liberal, es decir una persona que estaba a favor de los derechos y libertades individuales y en contra del absolutismo y el totalitarismo. Como el hombre es bueno es bueno que tenga libertad para elegir. En su época los liberales eran "la izquierda" que se oponían al totalitarismo, a la concentración de poder y a los privilegios propios del Antiguo Régimen.
Rousseau también cree en la necesidad de un contrato social, pero mientras Hobbes creía que el hombre debía renunciar a toda libertad a cambio de la seguridad, Rousseau cree que el hombre debe renunciar parcialmente a su libertad entrando en un contrato con el gobierno y sometiéndose a ciertas leyes. Pero que el gobierno en contrapartida debe buscar el bien común y garantizar la libertad, la igualdad, la vida y la propiedad y no cometer abuso de poder, pues en ese caso el contrato entre las partes que nace del consentimiento quedaría roto.
Entonces, ¿cual es el supuesto que subyace en la derecha y en la izquierda sobre la naturaleza de las personas? Aquí es donde el tema se pone interesante.
El conservador cree que la gente es mala, y por tanto quiere libertad económica para si, pero le niega la libertad política a los demás. El conservador ve la miseria humana.
El liberal cree que la gente es buena y por tanto quiere libertad para si y para los demás. comete el error de asumir que las personas están dominadas por la racionalidad y hacen elecciones racionales, cuando lo cierto es que la mayoría de la gente es pre racional o de racionalidad incipiente y están totalmente dominadas por sus emociones y sesgos cognitivos. El liberal no ve la mezquindad humana, o si la ve pero cree que con los incentivos adecuados esta desaparecería.
Por su parte, el marxista cree que el hombre en esencia es un ser social, que depende del conjunto de las relaciones sociales que establece con otros, en realidad es corrompido por la sociedad capitalista, cuyo sistema, erigido sobre la explotación del hombre por el hombre, y donde cada individuo debe luchar encarnizadamente para mantener sus privilegios y posesiones, es fundamentalmente egoísta, individualista e injusto, y contrario a la naturaleza social del ser humano. Por tanto, al igual que el conservador el marxista rechaza la idea de libertad para el otro porque en realidad piensa que el hombre es malo porque el individuo más fuerte siempre explota o maltrata al más débil, cuando lo más correcto es que el fuerte proteja al débil. Por tanto se elige a un amado líder para que cumpla esa función de ser supremo protector y bondadoso que en el conservadurismo religiosos ocupa Dios.
Así, la izquierda progresista defiende la bondad del ser humano y la utopía socialista como una forma mejor de sociedad. Para ellos “el hombre es bueno por naturaleza”; el hombre nace bueno y libre, pero la educación tradicional oprime y destruye esa naturaleza y la sociedad acaba por corromperlo. Pero al igual que el conservador en el fondo le tiene miedo a la libertad del otro, así que reclama para si la libertad política pero niega a los demás la libertad económica o de cualquier otro tipo al otro si no coinciden con lo que el piensa o se aleja de su ortodoxia buenista sobre cómo ha de ser el mundo. De ahí su aversión y rechazo a las diferencias naturales entre individuos ("todos somos iguales"), de ahí su pasión por el igualitarismo, pese a que lo vistan de igualdad.
Como ellos saben mejor que tu lo que a ti te conviene, consideran que poseen una moral superior que les lleva a considerar que todo los que no son, piensan o hacen como ellos es siempre un enemigo a destruir. Así, el progre postmoderno cree que todas las verdades son relativas menos la suya que es absoluta, cree en el consenso (entiéndase, «siempre y cuando coincida con lo que yo pienso»), tolerancia (entiéndase, «siempre y cuando no piense lo contrario que yo») y diálogo (entiéndase, «sólo si eres progre»).
El progre postmoderno es el más contradictorio de los cuatro, defiende que el hombre es bueno de cara al público, pero la ideología progresista y socialista de "papa Estado" se basa en realidad en la noción de que el hombre es malo. Por eso, a pesar de defender la bondad del ser humano y la utopía socialista como una forma mejor de sociedad, en realidad dentro de si tienen un miedo atroz al otro porque interiormente actúan bajo es supuesto de que siempre el individuo más fuerte explota o maltrata al más débil, de que el otro es siempre egoísta. De ahí el pánico que le tienen al empoderamiento del otro, a la libertad del otro.
Mientras los liberales piensan que las personas son racionales y saben lo mejor que les conviene y por tanto han de tener libertad para elegir, el progre actúa bajo la idea de que ellos saben mejor que tú lo que te conviene. El progre sufre de infantilismo, y de ahí su acérrima defensa del Estado como padre protector al que hay que dar todos los poderes ya que es el mejor para encargarse de proteger nuestros intereses.
Y ahora que ya te he explicado la teoría, te pregunto ¿cual de los cuatro tiene razón? La respuesta es ninguno. El hombre es bueno en esencia pero para alcanzar su esencia tiene que enfrenar su sombra y dominar su ego, de forma que, en realidad el hombre es bueno como decía Rousseau y es malo como decía Hobbes... y no es la sociedad como proponen los progres y los marxistas, sino también la propia naturaleza de sus instintos.... por tanto en el fondo no se trata de si el hombre es bueno o malo, sino de que grado de evolución personal y de conciencia haya alcanzado, de cuanto se halla trabajado su propia sombra psicológica, de cuan desarrollado este en la espiritualidad que no en la religión.
Así el liberalismo ingenuamente cree que el hombre es bueno pero no tiene en cuenta la sombra psicológica que necesita o ser trabajada o ser contenida. El conservadurismo está dominado por el miedo al otro y ve amenazas por todas partes. La conciencia material propia de la ideología marxista es un nivel de conciencia muy bajo y como hemos visto muy parecido al conservadurismo,... y el progresismo tiene un cacao mental y unas contradicciones brutales y confunde lo que es con lo que le gustaría que fuera...
En realidad no hay pueblos buenos y malos sino pueblos y grupos en diferentes niveles de conciencia y de entendimiento y que tienen diferentes valores, diferentes perspectivas y diferentes verdades. Nadie esta equivocado al 100% ni nadie tiene la verdad absoluta. Pero hay verdades mas amplias, profundas y completas que otras. ... la verdad depende del marco de referencia y del desarrollo personal, y lo que puede parecer verdad en un marco de referencia o de análisis estrecho puede dejar de ser verdad cuando ampliamos ese marco, incluso la verdad puede ser exactamente lo contrario que en el marco anterior.
Esto es particularmente cierto en los sistemas complejos como las sociedades humanas (economía, política, etc...) o los ecosistemas naturales,.... en ese tipo de sistemas no existen las relaciones lineales puras, por eso la lógica de primer grado nos lleva al error ya que no tiene en cuenta ni los efectos secundarios, ni inducidos, ni los derivados fruto de la bidirecionalidad y la interrelación de los elementos en el sistema.
Como dijo Platón el mal, como tal, no existe. Existe la ignorancia. El budismo también se expresa en este sentido. Las raíces del mal están en la ignorancia que produce miedo y en la falta de desarrollo espiritual e intelectual. Por tanto es un problema de falta de conciencia y de falta de desarrollo tanto individual como colectivo.
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