En el anterior artículo comparamos el numero de muertes por violencia de género con otro tipo de muertes, no solo de violencia "doméstica" sino con muertes por accidentes laborales o por suicidios y vimos que no es un problema de "salud pública" ni mucho menos, sino la creación de redes clientelares de asalto a las arcas públicas del dinero que supuestamente "viene de Europa" (en realidad de Europa no viene dinero porque España aporta más de lo que recibe, así que no es dinero que nos den sino que nos devuelven).
Entonces, cual es el interés de Europa de financiar unas políticas "falsas", de meter 30.000 millones de euros en una ideología censora, buenista y radical como la ideología de género, en lugar de meterlo en transformar y actualizar nuestro sector productivo o en hacer un buen plan hidrológico nacional, por ejemplo, o en evitar las 37.000 muertes anuales por alcoholismo (frente a las 47 de la violencia de género) ... o en acabar con las listas de espera de la sanidad pública, o en financiar correctamente las ayudas a la dependencia,... o en evitar la fuga de cerebros potenciando el I+D para hacer la industria española más competitiva ... pero no, hemos financiado a las feministas mientras los jóvenes tenían que emigrar, incluidos nuestros mejores cerebros investigadores. ¿Por qué? la respuesta es sencilla; control e ingeniería social ...
El llamado feminismo culturalista es una izquierda empeñada en concebir la política como una lucha por asignar a las realidades e identidades nuevos significados, es una lucha por cambiar el significado de los términos desvirtuándolos y corrompiéndolos. Está obsesionada con el poder del discurso y enfrentada a toda forma de relato realista o esencialista. Confunde lo que es con lo que le gustaría que fuera. Para ella toda referencia a la realidad en el discurso político, social o cultural es una forma de fascismo. Todo lo que contradiga su mitificación y manipulación de la realidad es fascismo.
Y es que el fascismo no es que vuelva, es que ya volvió. Y no precisamente de manos de la derecha sino de esa izquierda progresista postmoderna y de sus políticas idéntitarias e inquisitoriales. Ni todos los tíos son violadores y asesinos en potencia ni todas las mujeres son "seres de luz". Pero ver el mundo en blanco y negro, en buenos y malos, es muy cómodo.
Pensar que se pertenece a una raza superior, como hicieron algunos, es muy cómodo, elimina la necesidad de superiorizarse individualmente... pensar que se pertenece a un genero superior, como hacen algunas (la culpa es del heteropatriarcado opresor, bla, bla, bla ...), aparte de narcisista también es muy cómodo, elimina la necesidad de desarrollo personal y espiritual, elimina la necesidad de desarrollo de la consciencia, ...
De la misma forma, pensar que uno es victima del sistema, es igualmente cómodo y narcisista,.. el mundo en blanco y negro,... el malo es el otro es el otro el que tiene que cambiar para que yo pueda cómodamente seguir haciendo lo mismo...
De la misma forma, pensar que uno es victima del sistema, es igualmente cómodo y narcisista,.. el mundo en blanco y negro,... el malo es el otro es el otro el que tiene que cambiar para que yo pueda cómodamente seguir haciendo lo mismo...
Y es que para las feministas el uso tanto la discriminación positiva, las ignominiosas cuotas de género, como la representación paritaria en las instituciones políticas y económicas, e incluso la discriminación legal del varón, por el mero hecho de serlo, son manifestaciones de la idea de igualdad.
Los eslóganes de la izquierda son igual de falaces que moralmente irrenunciables, al menos en la superficie porque siguen la lógica del "cuñao" (porque ya no se puede hablar ni de suegras ni de porteras so pena de escarnio social por machista). En su mayor parte son falacias que ocultan amablemente su carácter salvaje, esto es, el impulso fanático de eliminar desavenencias entre gobierno y ciudadanos a través de leyes-cepo y la justificación de la financiación oculta de redes clientelares en las que recae el 97% de las ayudas, mientras que solo el 3% va a las víctimas como vimos en el anterior artículo. Cuando un grupo de personas hace del asalto a las arcas publicas un medio de vida, termina construyendo un marco legal que les proteja y un discurso moral que lo justifique.
Para entender la ingeniería social detrás de la ideología de género vamos a irnos a China. Primero a la China actual y luego retrocederemos unas cuantas décadas hasta la China maoista de la Revolución Cultural.
Que Internet en China está censurado y supervisado por el gobierno lo sabe todo el mundo. La censura tiene una larga historia en China, que se extiende desde los esfuerzos del Emperador Qin para quemar textos confucianos en el siglo III a. C. hasta el control de los medios de difusión tradicionales bajo el gobierno del Partido Comunista. Sin embargo, con el auge de Internet y las nuevas plataformas de medios, más de 1.300 millones de personas ahora pueden transmitir sus opiniones individuales. Esto hace que la información sea mucho más difusa y mucho más difícil de controlar. En respuesta, el gobierno ha creado una enorme organización de censura en Internet y las redes sociales, algo que ha dado lugar a la mayor supresión selectiva de la comunicación humana en la historia de la humanidad.
¿Como funciona este sistema y cuales son las intenciones que motivan al gobierno a actuar de esta forma? Muy sencillo, en China un ejercito de censores - que deciden que contenido eliminan - monitorean constantemente todas las publicaciones, incluidas las publicaciones en las redes sociales. Los chinos pueden criticar al Estado, a los líderes e incluso las políticas sin problema - eso no lo censuran - pero las publicaciones que llamen a la movilización, la publicaciones que llamen a salir de las redes sociales y actuar en el mundo real, esas si son censuradas.
Lo que censura el Gobierno chino es el potencial de acción colectiva, independientemente de si están a favor o en contra del estado. Los chinos pueden escribir virulentas publicaciones en sus blogs o en las redes sociales, e incluso pueden criticar a los principales líderes chinos sin temor a la censura. El gobierno permite que el pueblo chino diga lo que quiera sobre el Estado, sus líderes o sus políticas porque crean información útil, medible y procesable para los líderes chinos y ellos pueden actuar en base a esta información que gratuitamente les brinda el ciudadano.
Pero si los chinos escriben en apoyo o en contra de una manifestación, una acción colectiva o una protesta en curso, o incluso sobre un mitin a favor de una política popular o un líder, serán censurados sin miramientos. La censura en China se usa para sofocar a la disidencia e intentar impedir la aparición de cualquier forma de acción colectiva porque lo que puede hacer temblar a un gobierno no es la crítica sino la acción colectiva en la calle, y si no que se lo pregunten a Macron y a los chalecos amarillos franceses. En resumen, el gobierno permite que los chinos digan lo que quieran, que opinen lo que quieran pero que no actúen ni se congreguen en base a esas opiniones.
El objetivo de la censura china, al igual que el de la ingeniería social actual, es acabar con la acción colectiva, es decir con los derechos políticos. Lo que amenaza la posición de la élite no es el comunismo ni el marxismo sino la unión de las clases medias y bajas contra las altas, tal y como ocurrió en la Revolución Francesa, por eso la élite trata de evitarla, incluyendo la aparición de doctrina que pone a proletarios contra burgueses. Porque el proletariado por si solo no tiene ni los medios, ni la inteligencia, ni la posibilidad de destruir a la élite,... y las clases medias por si solas, y sin el apoyo de las clases bajas, también carecen de la masa crítica para poner a la élite del Estado contra las cuerdas.
Así que en una época donde las desigualdades sociales son cada vez mayores, donde la élite ha saqueado y sigue saqueando las arcas del Estado y donde la precariedad laboral cada vez es mayor, tiene todo el sentido tratar de impedir la acción colectiva y la protesta civil, tal y como hace China o tal y como hizo el PP con la ley mordaza, la criminalización de la protesta civil, el aplicar la ley antiterrorista a titiriteros o a la protesta civil catalana entre otros muchos ejemplos ...
Creo que encontrarás que lo que te estoy contando tiene sentido. Bueno si ahora ya sabemos que el objetivo de la ingeniería social es la manipulación de las percepciones, la eliminación de la amenaza de la acción colectiva y el divide y gobierna, retrocedamos ahora unas décadas hasta la revolución cultural de Mao en China. Ya hemos dicho que cuando un grupo de personas hace del asalto a las arcas publicas un medio de vida, termina construyendo un marco legal que les proteja y un discurso moral que lo justifique.
Una Revolución Cultural, como la que hizo Mao en China, es un movimiento diseñado para preservar el poder político y financiero de una élite gobernante por medios sociales en lugar de políticos o financieros. Por lo tanto, las principales herramientas de una Revolución Cultural no son la redistribución del poder a través de unas elecciones (políticas) o las reformas financieras; las principales herramientas de una "Revolución Cultural" de tipo maoista son la manipulación del significado de las cosas y la manipulación de la percepción, es decir las denuncias, los juicios, la culpabilización, las acusaciones generalizadas de tendencias anti-progresistas ("contrarrevolucionarias") en las que la culpabilidad es definida como un "si no estas conmigo estás contra mi", la exigencia de estrictas lealtades y adherencias a los principios y la ideología estricta de la Revolución Cultural, el no cuestionamiento y la censura, la vergüenza pública y las denuncias, las purgas de los que ocupan puestos de autoridad, la culpabilidad por asociación, las denuncias generales a clases (o géneros) enteros.
¿No has memorizado el Libro Rojo de Mao? pues arresto domiciliario, ¿Pones en cuestión el librito rojo? venga, a un campo de reeducación o al destierro, o palizas y/o encarcelamiento, o incluso, si la sed de sangre de la muchedumbre lo exige, la ejecución pública o la pena de muerte.
La dinámica clave de una Revolución Cultural es que los opresores se apropian del lenguaje de la liberación como herramienta para suprimir la disidencia, denuncian a los opositores y alimentan las purgas generalizadas de cualquiera que tenga el menor potencial para cuestionar la "doctrina" ideológica, todo medio es válido para la supresión social de la disidencia.
Para los que lanzan una Revolución Cultural, la solución a la diversidad de opiniones es limitar la libertad de expresión y aplastar la disidencia y las narrativas que amenazan el poder de las élites gobernantes. El objetivo de una Revolución Cultural no es ampliar la participación o la representación política - como el caso de las democracias liberales o del liberalismo de la era de la Ilustración - sino de despojar a los disidentes (aquellos que no están de acuerdo con las élites gobernantes) de representación política y social como podemos ver en las campañas anti-Brexit, anti-chalecos amarillos, la imposición de lo políticamente correcto, etc...
El objetivo de una Revolución Cultural es hacer que todos los que se resisten a las élites gobernantes sean invisibles política y socialmente. El objetivo no es jugar limpio, ni perseguir el bien común, ni compartir la riqueza y el poder acumulados con la globalización y el asalto alas arcas públicas. Si fuera así no tendrían tanto interés en acabar con los impuestos sobre sucesiones y donaciones (y así pasar el botín a sus descendientes libre de impuestos creando riqueza dinástica). El objetivo es liquidar la influencia de la disidencia en la política y en la sociedad a través de crear unos estereotipos negativos enemigos de la armonía el orden social, y de la inversión de la identidad. una inversión de identidades que convierte a los disidentes en amenazas para la democracia mientras que pinta a la élite como guardianes desinteresados de dicha democracia.
La naturaleza de toda "Revolución Cultural" es inquisitorial. Su objetivo no es persuadir sino forzar el cumplimiento... de ahí la Inquisición de lo políticamente correcto de la postmodernidad, de ahí la ideología de género y el fraude intelectual, moral, político y conceptual del pensamiento postmoderno.
La ideología de género de la postmodernidad es un medio perfecto para dividir a la sociedad, para crear una revolución cultural en el sentido de Mao. Al criminalizar al varón y las actitudes masculinas, no solo juegas al divide y gobierna y desvías la atención del verdadero "opresor" y de las verdaderas causas de la opresión (la concentración de poder), sino que ademas eliminas al guerrero, eliminas precisamente a aquella parte de la sociedad más proclive a desarrollar acciones colectivas,... y es que desde siempre el poder se ha aprovechado de los tontos útiles, o en este caso, de las tontas útiles.
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