Amurga


Amurga, que en nativo significa "el lugar donde se sueña", es un lugar sagrado que antes de la conquista de Gran Canaria debió ser impresionante. Un lugar lleno de vegetación con bosques de sabinas, palmerales, pinares que llegaban hasta muy baja altura e incluso, en algunos lugares, algunas especies del bosque de laurisiva tal y como se recoge en la toponimia del lugar.

Así nos encontramos con la Hoya del Mocán, el Puntón del Mocán de arriba o el Caidero del Mocán, cerca de la Cañada del lentisco, otra especie de transición del bosque termófilo a la laurisilva. La curiosidad es que estos topónimos están muy abajo, en una zona de cardonal tabaibal y  evidentemente asociados a microclimas muy específicos.

En el noreste de Amurga, hacia Aldea Blanca, hay un lugar que se llama El Sabinal, y que nos dice que, al igual que el Sabinal de Tafira, allí había antiguamente un bosque de sabinas canarias. No es el único topónimo que queda. La Cuesta de la sabina, la Sabinita, el Alto de la sabina son otros topónimos que aún se conservan aunque prácticamente ya no queden sabinas en esos sitios. Las sabinas canarias que quedan en Amurga están en otro lado, muchas "engaliadas" en los riscos, y son como unas cincuenta, la población más importante de esta especie en nuestra isla.

Amurga destaca por albergar uno de los mejores cardonales tabaibales de la isla y de Canarias, así como la presencia de distintas manifestaciones de especies del bosque termófilo, en especial, palmerales y zonas con presencia de acebuches, almácigos, lentiscos y sabinas, rematados con pinar en las cumbres del macizo. El barranco de las Palmas o el lomo de la madera (refiriéndose a lugares donde se hacia carbón, posiblemente con la madera de los pinos), también nos hablan de la frondosidad de Amurga, y eso que todavía estamos abajo y no hemos subido a lo alto del macizo.

Amurga es enorme, sus picos y sus barrancos están exactamente igual que antes de la conquista. Son más de 5.800 hectáreas de barrancos y cimas que se mantienen prácticamente vírgenes sin carreteras ni viviendas, con desfiladeros de mas de 400 metros de altura y con cimas de más de 1.100 metros de altitud.

Amurga está llena de agua aunque no lo parezca, en el fondo de sus barrancos se crean charcos por los que aflora las aguas subterráneas de la isla y donde hay agua hay vida; juncos, palmeras, multitud de pájaros, murciélagos, halcones y otras aves, algunas ya extinguidas en la isla como el guincho o águila pescadora, que también recoge la toponimia del lugar.

Pero Amurga es no solo vegetación, con endemismos como la siempreviva de Amurga, es también patrimonio histórico, cultural, arqueológico e identitario. En Amurga está la denominada "Catedral de los Canarios" y uno de los Almogarenes más importantes de la isla además de muchos yacimientos arqueológicos prehispánicos. Amurga posiblemente fuera un santuario al igual que Tirma, todo apunta a eso, y posiblemente también fuera el Ansite, el lugar donde Bentehuy y Faya (el Faicán de Telde) se enriscaron, prefiriendo morir a rendirse a los castellanos.

Una vez dicho todo esto he de decir que me parece muy bien que el Cabildo de Gran Canaria haya comprado los terrenos de Amurga, incluso si la familia de Román Rodrigues se ha llevado las perras. Las palabras del alcalde de Tirajana del PP, Marco Aurelio Perez, criticando la operación y diciendo que Amurga no sirve ni para criar lagartos es muy revelador de lo que piensa este personaje del medio ambiente y de nuestro patrimonio cultural e identitario.

Creo que todo el mundo sabe que Román Rodriguez no es santo de mi devoción, y que es cierto que hubiera preferido que Antonio Morales fuese al Cabildo de Gran Canaria con su propio equipo y no rodeado de la guardia pretoriana de Román, pero lo cortes no quita lo valiente.

Lo de Amurga no ha sido una operación elegante pero tampoco escandalosa. Se ha pagado unos 0,87 euros por metro cuadrado mientras que en otras zonas como en Pico Viento en Galdar se pagó 0,45 céntimos el metro cuadrado. Está en la parte alta del rango pero no me parece mal. 

Es más, dos funcionarios, dos jefes dos jefes de servicio del Cabildo de Gran Canaria, los de Medio Ambiente y Patrimonio, han salido a dar la cara y a defender el expediente. Las explicaciones fueron contundentes. No quedó ni una sola pregunta sin contestar, y la sensación que transmitieron fue la de que no hubo trato de favor hacia ningún comprador; no hubo tiempo récord en la tramitación de la operación; ni hubo información privilegiada; todo se ejecutó conforme a unas bases aprobadas por la Corporación en ejecución de las políticas ambientales que viene promoviendo en este mandato, y el precio que se pagó por las piezas de suelo se corresponde fielmente con las valoraciones que corresponden en función de las características de cada propiedad.

Por tanto si no hay ninguna irregularidad ni trato de favor lo único que podemos preguntarnos es si merece o no merece la pena la compra de fincas en Amurga y su reforestación y la respuesta es sin duda afirmativa, rotundamente sí.. No en vano Amurga está reconocida con la figura europea de Zona de Especial Conservación e incluida en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.

Y ya si me quitas y saneas el viejo vertedero sobre la degollada de las yeguas, quitas el nuevo que tiene por tarajalillo, gasificas la basura y mandas pal carajo las antenas que pusieron en la Montaña de las Tabaibas, entonces si que me llevo una alegría.


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