Betancuria, sede del efímero obispado de Fuerteventura que duró solo siete años |
Fray Bartolome de las Casas fue un fraile dominico famoso por su denuncia de los abusos de los españoles contra los indios en América. Pero también publicó un libro llamado Historia de las Indias donde habla de Canarias y Africa que se ha publicado bajo el título Brevísima Relación de la Destrucción de Africa en la que defiende a canarios, moros azaeneges y negros.
En dicho texto puede leerse lo siguiente;
¿Qué causa legítima o qué justicia tuvieron estos Betancores de ir a inquietar, guerrear, matar y hacer esclavos a aquellos canarios, estando en sus tierras seguros y pacíficos, sin ir a Francia ni venir a Castilla ni a otra parte a molestar ni hacer injuria, violencia ni daño alguno a viviente persona del mundo? ¿Qué ley natural o divina o humana hobo entonces ni hay hoy en el mundo, por cuya autoridad pudiesen aquellos hacer tantos males a aquellas inocentes gentes?
Y puesto que alegaba el Obispo de Canaria, que después de cristianos los hacían esclavos y así era malo, harto poca lumbre tenía el Obispo si no sentía y entendía y sabia ser inicuo, perverso y tiránico y detestable por toda ley y razón, y aún quizá, y sin quizá, mayor y más inexplicable pecado, hacerlos esclavos antes que se convirtiesen, porque infamaban el nombre de Cristo y hacían heder y aborrecer la religión cristiana y necesariamente les ponían obstáculo para se convertir; de manera que no tenían otra razón, ni causa ni justicia para invadilles con violencia sus tierras y con guerras crueles matallos, sojuzgallos y captivallos, sino sólo por ser infieles, y esto era contra la fe y contra toda ley razonable y natural, contra justicia y contra caridad, donde se cometían grandes y gravísimos pecados mortales y nascía obligación de restitución, que lo hiciesen franceses o portugueses o castellanos, y la buena intinción que tuviesen de decir que lo hacían para los traer a la fe no los excusaba; cuanto más que Dios, que vía sus intenciones, sabía que iban todas llenas de cudicia y diabólica ambición por señorear tierras y gentes libres, señoras de si mismas."
Pero Fray Bartolome no es el único fraile que denuncia el trato recibido por los canarios. Años más tarde, otro fraile, también dominico, Fray Alonso de Espinosa denunciará la conquista;
"Cosa averiguada es, por derecho divino y humano, que la guerra que los españoles hicieron así a los naturales destas islas como a los indios en las occidentales regiones, fue injusta, sin tener razón alguna de bien en que estribar; porque ni ellos poseían tierras de cristianos, ni salían de sus límites y términos para infestar ni molestar las ajenas. Pues decir que les traían el Evangelio, había de ser con predicación y amonestación, y no con tambor y bandera, rogados y no forzados"
Finalmente, ya en el siglo XVII Fray Abreu Galindo, pseudónimo tras el que se esconde un fraile franciscano andaluz, se mostrará también en la misma sintonía en su Historia de la Conquista de las Siete islas de Gran Canaria.
De Las Casas, Espinosa y Abreu Galindo, interpretan la conquista, de forma contundente, como algo injusto e impropio de cristianos. Esos territorios pertenecían, por voluntad del Creador, a los guanches (igual que América a los pueblos indios y Africa a los africanos). Y no se les podían arrebatar, ni siquiera bajo pretexto de evangelización.
Si bien estos frailes fueron duros con el poder secular, quizás olvidaron que las islas se conquistaron merced a las bulas papales, es decir a las donaciones pontificas de Canarias.
En Avignon, el Papa Clemente VI mediante la bula "Tuae devotionis sinceritas" le da a Luis de la Cerda el derecho de conquista de Canarias con carácter feudal, es decir, como feudo del Papado. Y uno se pregunta, ¿y como podía donar uno algo que no era suyo?, ¿como podía donar algo que no le pertenecía?
Ese mismo Papa emitirá posteriormente una bula Coelestis rex regum, con todo suerte de indulgencias de cruzada y gracias espirituales a una expedición aragonesa a Canarias en 1452 .
Cuando Jean de Bethencurt y Gadifier de La Salle llegan a Canarias a iniciar la conquista señorial, además de ballestas, armaduras y caballos traen también la bula Apostolatus officium del papa Benedicto XIII de Avignon, con las acostumbradas indulgencias plenarias a cuantos les ayudasen a emprender la conquista de Canarias. Daba indulgencias a aquellos que contribuyeran financieramente a la conquista, indulgencia in articulo mortis a los que muriesen en la conquista y en la conversión de los indígenas, lo mismo que para aquellos que financiaran con donativos la conquista por un importe no inferior al mantenimiento de un hombre de armas durante seis meses. Es decir que podían matar, violar y hacer cualquier canallada habida y por haber a los nativos que no importaba, si morían irían al cielo.
Pero el papa Clemente VI no fue el único en donar lo que no era suyo. El 15 de septiembre de 1436 el papa Eugenio IV firma la bula Romanus Pontifex, concediendo a Portugal la conquista de Canarias. Dos meses más tarde el mismo papa firmó otra bula, la Romani Pontificis en la que se desdecia de la anterior, revocando el derecho portugués de conquista y dándole ese "derecho" al Rey de Castilla.
En la conquista realenga de Gran Canaria, la Iglesia volverá a jugar un papel destacado ayudando a su financiación, otorgando bulas de cruzada, indulgencias, etc.... y participando militarmente en la misma a través de Juan de Frías obispo del Rubicón y Juan Bermudez, deán de dicho obispado, que junto con Juan Rejón, el representante de los Reyes Católicos dirigen la primera fase de conquista.
El obispo Juan de Frias, estuvo involucrado en el tráfico de esclavos. De hecho, protestó ante los Reyes Católicos que le quitaran cien esclavos gomeros por haberlos cautivado ilícitamente. Los Reyes Católicos le otorgan al obispo, toda la orchilla de las islas mientras durase la conquista de Gran Canaria con el fin de compensarle los gastos que aquella le ocasionará.
En la Conquista de Gran Canaria la iglesia obtiene su parte del despojo, cobrándose en esclavos y en la concesión de un feudo eclesiástico, el señorío de Agüimes. Frías hará testamento en Sevilla en 1485 y dejará un montón de propiedades en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura en la que se incluían huertas, muebles, alhajas, casas y esclavos canarios a su deán y al Cabildo catedralicio.
Posteriormente instalarán en Gran Canaria la sede del tribunal de la Inquisión y elegirán como patróno de la isla al dominico Pedro de Verona, un inquisidor italiano que luchó contra las creencias cátaras. Vamos, toda una declaración de intenciones ...
Posteriormente instalarán en Gran Canaria la sede del tribunal de la Inquisión y elegirán como patróno de la isla al dominico Pedro de Verona, un inquisidor italiano que luchó contra las creencias cátaras. Vamos, toda una declaración de intenciones ...
Si Fray Bartolome de las Casas preguntaba ¿Qué causa legítima o qué justicia tuvieron estos Betancores de ir a inquietar, guerrear, matar y hacer esclavos a aquellos canarios(...)? quizás nosotros debiéramos preguntarle a él, ¿que causa legítima tenia la Iglesia para declarar una cruzada contra los canarios?, ¿que causa legítima tenia la Iglesia para conceder lo que no era suyo y participar del botín?
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