Dime que pone en tu DNI: Cataluña y el sindrome de Procusto

Si algo ha dejado claro el "procés" catalán es que, como decía Fernando Fernan Gomez, en España no solo están mal los que mandan sino también los que obedecen.

Por un lado se han caído las máscaras del Regimén del 78 y su concepción totalitaria y corrupta del poder. Un Régimen que a pocos se le escapa que tiene su centro en la Corona, en la Monarquía española, la que no cambia nunca ni se somete a voto. Un régimen que permitió la supervivencia del franquismo disfrazado ahora de democracia de cartón piedra. 

España es una dictadura y el franquismo nunca se fue del todo. Pero si criticar a los de arriba es llover sobre mojado, todavía no hay consciencia plena de que los de abajo no son mejores. La mezquindad con la que una gran parte del pueblo español se ha comportado con los ciudadanos independentistas catalanes, tan solo es comparable con la violencia con que se emplearon dando palos a las abuelas los valientes cuerpos de seguridad que defienden la sagrada unidad de la Patria. Una mezquindad reflejada en el a por ellos oe, oe y en la subida en la intención de voto de ciertos partidos que abogan por aquello de España unidad de destino en lo universal.

Una mezquindad que tiene su explicación, o una de sus explicaciones, en el denominado "Síndrome de Procusto". España es el país de la envidia, del cainismo y de la moral de esclavo que recela del poder y aspira a convertir a todo el mundo en esclavo como el... ¡todos iguales!. 

En España el que sobresale es atacado y despreciado, no solo por el que está arriba y no quiere que le desplacen de su posición, sino sobre todo por el que está abajo.

En el fondo la envidia es un mecanismo que trata de reaccionar contra la subida de estatus de una persona cercana. Porque la subida de estatus de otra persona es, comparativamente, una bajada del nuestro. El intento de mejorar del otro nos enfrenta al espejo de nuestra propia inacción y nos hace sentir mal. La otra persona intenta mejorar, y yo que soy igual que esa otra persona no intento mejorar, y por tanto me hace sentir mal. Pero en lugar de intentar mejorar como el otro opto por boicotearlo para que no mejore.


En la mitología griega, Procusto era un posadero que tenía su negocio en las colinas de Ática. Tenía su casa en las colinas, donde ofrecía posada al viajero solitario. Allí lo invitaba a tumbarse en una cama de hierro donde, mientras el viajero dormía, lo amordazaba y ataba. Si la víctima era alta y su cuerpo era más largo que la cama, procedía a serrar las partes del cuerpo que sobresalían: los pies y las manos o la cabeza. Si, por el contrario, era de menor longitud que la cama, lo descoyuntaba a martillazos hasta estirarlo. Todos tenían que ser iguales, todos uniformes.

La psicología ha demostrado que la envidia de personas con una autoestima baja o débil, con un elevado nivel de frustración y poca sensación de control sobre sus vidas, que en ocasiones han sufrido vejaciones y diferentes eventos estresantes y traumáticos que han provocado que duden de su propia capacidad, hacen que sean adversas y hostiles con las personas que se perciben como superiores o con posibilidades a serlo.
Esto los lleva a rechazar a aquellas personas con características diferentes a las propias por miedo a ser superados o cuestionados por ellos. Se tiende a intentar mantener una uniformidad constante en la que las divergencias son mal vistas y/o castigadas.

De este modo se establecen actitudes de discriminación e incluso cierto nivel de acoso hacia la persona que sobresale y que se considera puede amenazar la propia posición o estima. Se ignoran o tergiversan sus ideas, se critican los intentos de proactividad y creatividad. Si la relación con dicha persona no puede evitarse se pretende que la persona se mantenga de unos límites que no excedan las posibilidades de la persona que las rechaza. De esta forma presiona para que haya homogeneidad en las conductas.

Hay que cumplir la Constitución, esos lo que quieren es aprovecharse, no son mayoría, ¿que pone tu DNI?, eres español y te jodes.... (como él supongo). .... como dice el refranero español, "mal de muchos, consuelo de tontos".

Pero los antiguos griegos, siempre tan sabios, no podian dejar la historia incompleta. Procusto continuó con su reinado de terror hasta que se encontró con el héroe Teseo, quien invirtió el juego y retó a Procusto a comprobar si su propio cuerpo encajaba con el tamaño de la cama. Cuando el posadero se hubo tumbado, Teseo lo amordazó y ató a la cama y, allí, lo torturó para “ajustarlo” como él hacía a los viajeros. Le cortó a hachazos los pies y, finalmente, la cabeza.


.... y como dicen los viejos de mi tierra.... el que lo quiera coger lo coge y el que no lo deja.


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