Hubo una vez un patán campesino que se convirtió en un funcionario de importancia durante una época de trastornos políticos. Nuestro héroe fue nombrado primero gobernador y luego ministro, quizás incluso presidente, porque no hay forma de saber lo que la gente es capaz de hacer en su locura. A causa de este nombramiento, llegó a creer que en verdad era importante y aprendió a actuar en consecuencia.
Nuestro personaje era muy bueno en las apariciones públicas y podía improvisar discursos sin la menor dificultad, pero su posición requería que leyera sus discursos y el hombre era analfabeto. De modo que usó el ingenio para salvar las apariencias. Tenía una hoja de papel con algo escrito, y la blandía cada vez que pronunciaba un discurso. Así, su eficiencia y sus otras cualidades eran innegables para todos los campesinos.
Pero cierto día, un extranjero con alguna preparación llegó por allí y advirtió que, al leer su discurso, el héroe sostenía la hoja al revés. Se echó a reír y señaló a todo el mundo el engaño.
¿Crees que nuestro héroe quedó atrapado? De ninguna forma. Miró a la gente con toda calma y dijo: "¿Al revés? Eso no es problema para el que sabe leer." ... y los campesinos estuvieron de acuerdo.
PD: Adaptado del libro "Relatos de Poder" de Carlos Castañeda
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