y vinieron a inagurar el castillo que se rindió


Sus Altezas el Príncipe de España y su esposa vinieron a Canarias a inaugurar un castillo y un palmeral. El Palmeral se construyó sobre el vertedero de Santa Cruz y el Castillo,.... bueno el castillo lo han querido convertir en un centro de arte moderno en lugar de en un museo naval.

Plantando palmeras foráneas, faltaría más

"Inaugurando" el Castillo de la Luz

Pero lo que no te han contado es la oscura historia del castillo,... y no me refiero a que el arte no tenga precio y que los políticos puedan ponerle el que les de la gana para financiar al partido,... no, te estoy hablando de otro episodio que ocurrió hace mucho, mucho tiempo.

Corría el año 1599 y la España llevaba en guerra con los Países Bajos casi 40 años. Una guerra por la que Holanda quería liberarse del yugo político, económico y religioso impuesto por España. Las guerras católico-protestantes no eran simplemente religiosas, frente al absolutismo dogmático, extractivo e inquisitorial de la corona española, el norte de Europa contraponía otra visión de lo que debiera ser la sociedad y el individuo. 

Las provincias de  Zeelanda y Holanda logran reunir 74 grandes navios en las aguas de Wielingen, en las cercanias del puerto de Flesinga. La armada se agrupaba en tres escuadras, cada una con banderas insignias naranjas, blancas y azules. La escuadra naranja la comandaba el propio almirante Pieter van der Does, navegando en el navío el Orangieboom. La escuadra blanca estaba bajo las órdenes de Jan Gerbrantsz. y la azul llevaba como vice-almirante a Cornelis Geleyntsz van Vlissinghe. 


Era la mayor flota jamás reunida por los Paises Bajos. Sus instrucciones eran dañar al rey de España todo lo que pudieran pero no se les dijo cómo debían hacerlo. Las costas españolas estaban muy bien defendidas y las de Canarias no contaban con defensas similares, y por ese motivo el caballero holandés Pieter van der Does se dirigió a Las Palmas tras haber intentado atacar La Coruña y San Lucar de Barrameda sin éxito.

El 26 de Junio se presenta ante la ciudad con una armada compuesta por 73 navíos empavesados, 150 lanchas de desembarco y una tropa de cerca de 12 mil hombres, entre soldados y marinería. Tras ser divisadas por el vigía de la Isleta, como era costumbre encendió hogueras para alertar a las otras atalayas de la isla y a la propia guarnición del Castillo de Las Isletas - actual Castillo de La Luz - que ha su vez hace un primer disparo para avisar a la población.



Los canarios empezaron a prepararse para la defensa. La estrategia escogida fue la que había logrado vencer a los ingleses de Drake: defender el puerto desde las dunas del itsmo de La Isleta, en las trincheras de Santa Catalina (por la actual playa de las Alcaravaneras) con el Castillo de la Luz defendiendo el flanco norte con sus nueve piezas de artillería de grueso calibre, la torre de Santa Ana (en el actual parque San Telmo) la parte central y el Castillo de San Cristobal el lado sur.

Como alcaide del Castillo de la Luz estaba el militar español Antonio Joven, junto con los 50 hombres de tropa veterana española a sueldo de la Corona. Esta era la única tropa española que habia en toda la isla, los 50 hombres de la guarnición del Castillo de la Luz. En vista del ataque de Van der Does se reforzó su guarnición con unos 30 hombres entre milicianos y procedentes de la tropa fija a sueldo del Cabildo de la isla. En total 80 hombres según la crónica holandesa.

En primer plano el Castillo de la Luz

Aunque al principio del ataque holandés el Castillo de la Luz opuso alguna resistencia, pronto bajo su intensidad de fuego y finalmente el Castillo de la Luz fue entregado al enemigo casi sin resistencia por el alcaide Antonio Joven

El comportamiento cobarde del alcaide español propició que la escuadra enemiga se acercara, maniobrara a su antojo y batiera a cañonazos las defensas en donde los milicianos canarios impidieron hasta tres veces el desembarco de los holandeses, metiéndose en el mar con sus garrotes para impedir que pusieran pie en tierra, tal y como era costumbre entre los antiguos canarios. La crónica española recoge textualmente "los naturales llegaron a las manos, y en breve alancearon y mataron arrimados a las lanchas a todos los desembarcados (...) lo derribaron en el agua y se guareció entre las lanchas, con el agua a la garganta, allí en ella le matarón dos Capitanes y más gentes (...) y así quedando los naturales en la playa rasa". Finalmente, al cuarto intento, se produce el desembarco holandés en un emplazamiento sin defensas entre la punta de Santa Catalina y la ermita de la Luz. 



No es que el Castillo de la Luz se quedaran sin municiones, como dice algún historiador, la crónica holandesa es clara y relata como se capturaron los cañones y la munición. Simplemente el alcaide y la tropa española que comandaba no estaba dispuesta a morir por esta tierra. 

"Después que nuestra gente tomaron la playa, el castillo no disparó ninguna pieza. (...) Cuando todos nosotros estábamos en orden de batalla, llegaron ante el General tres marineros que venían del castillo, los que dijeron que los españoles querían rendir el castillo, salvando sus vidas y sus bienes. (...) Entonces los españoles pusieron enseguida el castillo en sus manos, rindiéndose, confiando en su misericordia y buena gracia. Tuvieron que abandonar todas las piezas gruesas que estaban instaladas, las cuales contaban nueve piezas de metal y seis de hierro. Tuvieron que abandonar también todas sus escopetas y arcabuces. Dentro del castillo se encontraron alrededor de ochenta españoles arcabuceros, soldados y campesinos, para la defensa del castillo; también pólvora, balas y mechas, bastantes, para la artillería, y además treinta campesinos."

El castillo de la Luz era, con mucha diferencia, el mejor armado de toda la isla tal y como se detalla a continuación.

Castillo de la Luz:
Cinco cañones de 13, de 30 y 36 libras.
Una culebrina de 5 libras.
Tres sacres de 5 libras.
Dos piezas no especificadas.

Torre de Santa Ana:
Un cañón de 5 libras.
Una culebrina de 1 1 libras.
Tres sacres de 4 libras
Un falcón doblado.

San Cristobal:
Tres sacres.
Una media culebrina.

Pero lo peor no es solo que la guarnición española del Castillo de la Luz se rindiera, es que ni siquiera inutilizaron los cañones. Esos mismos cañones se utilizaron por los holandeses contra la torre de Santa Ana, cuya escasa artillería si que protegió la retirada de las milicias canarias desde las trincheras de Santa Catalina hasta el interior de la muralla de la ciudad, y que, pese a su escaso armamento, si defendió heroicamente dichas murallas durante varios días causando numerosas bajas a los holandeses

Torre de Santa Ana con los milicianos defendiendo heroicamente la ciudad 

La crónica holandesa relata claramente como usaron el material capturado a los españoles de la guarnición del Castillo de la Luz "Así, a medio día, con la ayuda de Dios, hemos cogido y tomado posesión de la isla de Gran Canaria (...) tirando sobre el enemigo con sus piezas de artillería y subiendo las murallas con sus escaleras." y denomina al Castillo de la Luz la "Graciosa".

El resultado fue el saqueo y el incendio de la ciudad en donde se perdieron los archivos y documentos históricos. Dejaron atrás los documentos históricos que se perdieron pero, tal y como cuentan las crónicas holandesas,  "los españoles se llevaron consigo a la montaña dos prisioneros, que habían sido condenados a ser quemados: uno inglés y el otro alemán",.. nada, cuestión de prioridades del tribunal de la Inquisición español.

Los milicianos canarios opusieron una fuerte resistencia impidiendo, hasta el día 28, y tras varios intentos, que las tropas holandesas cruzaran los muros y permitiendo, de esta forma, que la población huyera de la ciudad hacia el interior de la isla. 


El día 3 de julio se descubrió el desplazamiento de 4.000 soldados holandeses hacia las zonas altas y se reunió de urgencia a los 300 milicianos disponibles para defender la zona del Batán - en el actual barrio capitalino del mismo nombre - que unía la ciudad con el Monte Lentiscal, en aquel tiempo un bosque de mocanes acebuches y lentiscos.

Los milicianos se desplegaron por los bosques en silencio hasta llegar a la montañeta del Batán, desviando antes el agua de los nacientes para evitar que llegase a los holandeses, los cuales quedaron agobiados por el calor y la dureza del camino.

Aprovechando la entrada de los holandeses en los bosques, les acosaron y les hostigaron desde diversos puntos, mientras enarbolaban banderas y los tambores tocaban a rebato, dando la sensación de que eran numerosos y organizados. Presos del pánico los holandeses huyeron dejando tras de sí su armamento,... armas, morriones y coseletes...  Se da muerte a varios de sus oficiales y la persecución continua hasta que se reagrupan con el grueso de la columna holandesa, pero los canarios de La Vega, ágiles conocedores del terreno, con lanzas de pastor, piedras y garrotes, siguen persiguiendo a las partidas sueltas que en su retirada se han separado del grueso. Las acorralan, aíslan y atacan donde les hallan, sin tregua, causando la muerte de casi todos ellos. De esta forma 300 milicianos y campesinos canarios con garrotes, piedras y lanzas de pastor, derrotaron a 4.000 soldados holandeses.





Vista la situación los holandeses deciden incendiar la ciudad y marcharse hacia Maspalomas que desde ese momento toma el nombre de "Playa del Ingles".


Pero no fue la única derrota de Van der Does en Canarias, luego se dirige a la Gomera y allí 11 Gomeros armados con lanzas de pastor y piedras derrotaron a 800 holandeses armados con mosquetes, alfanges, espadas y morriones. Murieron 107 holandeses. Entre los 11 gomeros, 5 heridos de poca consideración. Parecía una hazaña tan increíble que los capitanes de la isla acudieron al lugar de la batalla con escribanos que dieron “fe de haber contado los cuerpos muertos y haber visto mucha cantidad de los dichos mosquetes en poder de los dichos once soldados naturales y de otros que ansí mesmo les acudieron, que llegaron al despojo de los dichos muertos...”

Los defensores de la ciudad de Las Palmas contra Van der Does y los que alcanzan la victoria en la gesta del Batán no es el ejercito español - los soldados de la corona se habían rendido cobardemente en el Castillo de la Luz sin ni siquiera inutilizar sus cañones - sino las milicias canarias. Los que derrotaron a Nelson en Santa Cruz, a los ingleses en Tiscamanita o a los Holandeses en el Monte Lentiscal no fueron los españoles sino las milicias canarias. Los que derrotaron a Drake en Melenara y en Arguineguin, o a Vander Does en la Gomera no fueron españoles sino milicianos y civiles canarios. Los que han defendido canarias siempre han sido los canarios no los españoles. 







Es más, los que hemos costeado nuestras defensas hemos sido nosotros y no España. Por ejemplo en 1579 se autoriza por la corona el envío a Indias de mil esclavos para destinar el precio de su venta a las fortificaciones de Las Palmas. Más tarde, por Real Cédula de 1595 se cedería a la ciudad, con igual destino, una parte de los derechos de exportación del trigo. España no nos ha regalado nada.

Pero lo que el ejército español si ha hecho es apropiarse de la gesta de las milicias canarias para su Regimiento de Infantería Canarias50 cuyo sobrenombre es "El del Batán", lo cual es bastante curioso teniendo en cuenta que en realidad en aquella ocasión el "ejercito español" en la isla se rindió cobardemente sin ni siquiera inutilizar sus cañones. Ahora vienen los Príncipes de los españoles a "inagurarlo", eso sí, una vez más con nuestro dinero.




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Comentarios

  1. Compatriota muy buen articulo, lo has dejado muy claro, la España colonial, no nos a defendido ni nos a ayudado ni nos a dado nunca en nada, se a llevado y se esta llevando todo lo que pueden, para eso quieren mantener la base social políticamente analfabeta.

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