En las redes sociales alguien me dijo que escribía cosas inútiles, que sólo me quejaba y que no aportaba soluciones. Lo de no dar soluciones en realidad depende de lo que entendamos por “solución”.
Si dar soluciones es “dime como puedo seguir haciendo lo mismo”, pues he de admitir que es cierto. No doy soluciones. Pero dar soluciones no significa “dame una solución para no tener que cambiar”. Dar soluciones es apuntar a las causas últimas del problema y como cambiarlas. Dar soluciones significa señalar lo que hay que cambiar para generar crecimiento y prosperidad en Canarias. Entonces, he de admitir, que sí aporto soluciones.
La actitud en Canarias es la del “parcheo”. Tratar de resolver problemas estratégicos con medidas operativas. Es decir, intentar cambiar algo para poder seguir haciendo lo mismo. Eso, evidentemente no funciona porque cuando el modelo está obsoleto y no se ajusta a la realidad ni a las condiciones siempre cambiantes de la sociedad, no podemos pretender seguir haciendo lo mismo. Repetimos, no es posible solucionar un problema estratégico con medidas operativas.
Pero eso es precisamente lo que se empeña en hacer tanto el empresariado canario como los políticos. Quieren seguir extrayendo rentas como si no pasase nada. Quieren seguir viviendo en el pasado. Siguen esperando que los días de “gloria” retornen para que ellos puedan cómodamente seguir haciendo lo mismo.
Karl Popper, el proponente de las sociedades abiertas, afirma que las sociedades están en constante evolución. Cuando la brecha entre realidad y dogma se hace insostenible, la única forma de mantener el status quo es mediante la represión. Eso es lo que estamos viendo tanto en Canarias con Coalición, como en el Estado bajo el gobierno del PP.
Los timidísimos amagos de cambio de Coalición Canarias no son reales, son intentos de cambiar algo para que no cambie nada. Son intentos de proteger el status quo y las estructuras de poder existentes, tal y como lo llevan haciendo desde el principio de la crisis. El resultado social es por todos conocido.
Las políticas que generan crecimiento y prosperidad son bien conocidas, el Estado de derecho, la igualdad ante la ley, precios descentralizados, libertad de comercio, derechos de propiedad, educación, libre competencia y correcto funcionamiento de los mercados que crean los incentivos necesarios para que la gente innove e invierta en la mejora de la productividad.
Cuando estas políticas, las más consecuentes con el crecimiento económico, no se implementan, no es por equivocación o ignorancia sino diseño. Los políticos no están interesados en alcanzar prosperidad y desarrollo para la nación sino en mantener el poder a toda costa o enriquecer a un grupo especifico de personas, incluidos ellos mismos, a costa del resto de la sociedad. No se equivocan por error o ignorancia, se equivocan a propósito.
Cuando esto ocurre, es síntoma claro que estamos en una sociedad extractiva, en donde las élites en lugar de generar beneficios asumiendo riesgos y generando nueva riqueza, extraen rentas cómodamente a través del clientelismo político y el intervencionismo económico.
La extracción de rentas no crea nueva riqueza sino que distribuye la existente. Es como Robin Hood al revés, le roba al pobre para dárselo al rico, y eso es exactamente lo que genera el REF. Un pacto colonial en el que se le permite a las élites locales extraer rentas del resto de la sociedad a cambio de que compartan el botín con las élites españolas.
La extracción de rentas no crea nueva riqueza sino que distribuye la existente. Es como Robin Hood al revés, le roba al pobre para dárselo al rico, y eso es exactamente lo que genera el REF. Un pacto colonial en el que se le permite a las élites locales extraer rentas del resto de la sociedad a cambio de que compartan el botín con las élites españolas.
La prosperidad es creada por los incentivos que condicionan los comportamientos, y los incentivos son creados por las instituciones, es decir por el conjunto de “reglas de juego”. En Canarias las instituciones son por una parte las instituciones españolas y por otra parte las instituciones locales. La estructura de poder también se reparte entre España y a nivel local, pero el poder económico, financiero, jurídico, militar y de servicios secretos, de España es mucho mayor que el de Canarias. Por tanto el marco institucional canario es, fundamentalmente, el marco institucional que España quiere que exista.
Es decir, es inútil tratar de cambiar los comportamientos si dejas el marco institucional intacto. Es inútil tratar de resolver un problema estratégico a nivel operativo. Los problemas estratégicos solo se pueden solucionar a nivel estratégico.
El discurso izquierda-derecha, añade confusión al debate e introduce un factor emocional que permite la manipulación. Bajo un régimen extractivo las políticas keynesianas o liberales se distorsionan y pervierten completamente. Por ejemplo, las privatizaciones se convierten en oportunidades para que la elite extractiva se haga con activos del Estado a precios irrisorios como ocurrió en Rusia. Lo mismo ocurre con el gasto público que va a engordar los bolsillos de los oligarcas en lugar de ir a solucionar los verdaderos problemas.
Bajo un régimen extractivo, las privatizaciones liberales o el gasto publico keynesiano, otorgan otra oportunidad a las élites extractivas de robar y apoderarse de activos públicos. Bajo estas circunstancias no consigue una asignación eficiente de los recursos a través de los mecanismos de mercado, sino que la gente conectada políticamente se llena los bolsillos a costa del resto de la sociedad.
En América Latina, la gente suele echar la culpa de su pobreza al capitalismo y a los mercados, y esto eleva al poder a políticos populistas que con su corrupción y sus políticas económicas hacen todavía más daño y castran el desarrollo. Ejemplos tenemos todos los que quieras.
En realidad, en lugar del mercado en sí, el principal problema en América Latina es una economía dominada por las élites, o lo que denominaremos regímenes extractivos sustentados en instituciones económicas y políticas. Si la población comprendiera esto, el populismo y el control de las élites tradicionales no sería capaz de hacer tanto daño a la vida de cientos de miles de canarios.
En Canarias pasa exactamente lo mismo. No es la insularidad, ni la cultura, ni el tamaño, ni el "capitalismo", ni tan siquiera la ignorancia de los gobernantes. Es una economía dominada por unas élites - tanto de pies negros subordinada a intereses metropolitanos como puramente españolas- protegidas en base a unas instituciones económicas y políticas extractivas que persisten porque a alguien, muy lejos de aquí, le interesa que existan para poder seguir extrayendo rentas de la colonia. Eso es todo y no hay más.
Jorge Dorta
Director Mencey Capital
jorge.dorta@mencey.ch
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Bravo de Laguna ha dicho en Madrid, delante de los del PP, que encontrar petróleo en Canarias es como encontrarse con dios. Mucho me temo que también el petróleo nos lo robaran y nos quedaremos con la cara de tontos de siempre.
ResponderEliminarElena, lo triste de las declaraciones de bravo de laguna, alla en Madrid, es que con la prensa imperialista demofascista colonial que estamos sufriendo, todavia hay gente que le crea. Y encuanto a lo del petroleo, la potencia colonial tiene 500.000 GODOS en los lugares estrategicos, para Españolizar la colonia y anular al colonizado, y a demas las islas de lanzarote y fuerteventura, las han minado de godos para anular al colonizado, la mala fe y la maldad de la metropoli con la colonia no tiene limites. Viva el Archipielago Canario unido y libre, soberania y democracia REAL.
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