Geoestrategia marítima de Canarias; La Platanera A la Deriva

Por Rafael Muñoz

¿Cuál es la geoestrategia marítima del archipiélago Canario? La pregunta la podemos abordar desde dos premisas. La primera, como estado archipelágico, queda descartada, pues Canarias no es un estado. Premisa que, paradójicamente, para una realidad insular, gobernada con pensamiento continental, parece ser el modelo más provechoso para la gestión de sus espacios marítimos. 

Así que nos centraremos en la segunda, la de ser un archipiélago de estado, subordinado a los designios de la política marítima española. ¿Y cuál es la política marítima nacional, ya no para con su archipiélago atlántico, sino de manera general? Grosso modo, ninguna. 

España es muy posible que nunca haya sido un estado con proyección marítima real, lo cual parece un contra sentido bajo el prisma de su bitácora de celebres marinos, expediciones, y descubrimientos geográficos, pero no es la revisión histórica el objetivo de esta reflexión. 

Sólo el rancio pensamiento fiscal castellano, y su visión recaudadora, no vio en Canarias el modelo de economía Offshore, diversificación de ingresos, que Reino Unido, u Holanda, si habrían ya ejecutado, sin complejos, en el archipiélago. La actual clase política nacional, y sus medianeros insulares, son un ejercicio continuista del corsé fiscal de Felipe II. Motivo por el cual, a los españoles, entre otras causas, a palos los expulsaron de Flandes. Mientras España gastaba en catecismos, y obra religiosa, los luteranos construyeron barcos para crear una talasocracia. Un pensamiento comercial atlántico en sus inicios, que floreció en una economía de ultramar bastante más versátil que la de los estados continentales, caso de España. Causa raíz que a Reino Unido, u Holanda, le queden territorios insulares al otro lado del océano, y a España, sólo un revisionismo histórico indigenista, tan insufrible, como poco provechoso. Incluida Canarias, que de haber estado situada a 2500 millas más hacia poniente, quizás hoy sería otra realidad distinta.

La posición en el atlántico medio de Canarias, encrucijada de las derrotas marítimas a Sudamérica, y África, se ve ahora reforzada por el desvío del flujo del tráfico marítimo que evita el atajo del Mar Rojo – Golfo de Suez, por cuestiones de inseguridad marítima, y opta por la vieja tradición de doblar el Cabo de Buena Esperanza hacia las economías industrializadas del Hemisferio norte. El escenario, sitúa a los dos grandes puertos canarios como ejes de un pensamiento marítimo que España no sabe, o lo que es peor, no quiere ejecutar, con la incapacidad de la política local, y su falta de miras.

Dejemos a un lado la cantata del nacionalismo insular. Ese refrito, San Borondón, que se aparece en vísperas electorales, y que habla de plataforma tricontinental, y hub para West Africa. Un holandés errante, guanche en este caso, con acento político castellano. Sin flota, sin pensamiento Offshore, y sin un marco normativo diseñado exprofeso, no hay debate efectivo al respecto. El REF canario, no deja de ser un comedido parche. "La puntita nada más..." 

Lo cierto es que la vacante de plataforma tricontinental la ocupan ya los entes marítimos belgas, neerlandeses, y franceses, de cara a África. Tren que ya pasó, de la mano del desmantelamiento de la refinería, como vector de distribución de hidrocarburos al África más próxima, y que terminó de afianzar los intereses belgas-neerlandeses, como los únicos distribuidores del combustible, hasta la irrupción del fenómeno #Darkfleet, de cara a Africa occidental. La enorme flota fantasma rusa, que con regularidad navega entre las islas. Tema del que ahora la clase política empieza a enterarse, y ojo no les explote en las manos, y todo el mundo a recoger chapapote en la playa. 

La geoestrategia de España en el atlántico, irremediablemente pasa por Canarias. ¿Las islas sólo serán un hub de turismo barato, y pobreza social? El tiempo lo dictará. La opción de la diversificación de aunar turismo, y negocio Offshore, modelo de Aruba, Gibraltar, Bahamas, pero sobre todo la vecina Madeira, ya no parece viable. 

Sí, el modelo que Portugal ejecuta en Madeira, es un bofetón sin manos al consumido modelo económico canario. La geoestrategia marítima de Canarias pasa así por varios axiomas interrelacionados. El troncal es el negocio marítimo, entendido como una globalidad. Ser un centro de reparación de la industria Offshore del Golfo de Guinea, es un órdago que no termina de afianzarse, en dura competencia con Ciudad del Cabo, y el astuto adelantamiento por la derecha que Marruecos hará a España en unos años en su ZEE, en la que Canarias, parece flotar a la deriva de un vacío de políticas marítimas reales. Canarias, España, tendrán un serio problema de lindes marítimos, y explotación de los recursos naturales, de aquí a unos años con Rabat. Marruecos, tradicionalmente de espaldas al mar, empieza a mostrar serios síntomas de preocuparse por la cuestión. No le temblará el pulso, y aprovechará, en términos económicos, lo cual es estrategia, todas las oportunidades que España no ha querido ejecutar en Canarias, ya sea por complejo, incapacidad política, o mera indolencia en confabulación con la clase política local, tan lastimera, como adicta a la metadona subvencionalista europea como único éxito que vender al electorado.

La opción de que Tenerife sea un centro de reparación Offshore, tiene detractores políticos, que ven el puerto como algo sucio, que priva a la ciudad de su salida a la mar. Urbe que, habitualmente, ha vivido de espaldas al océano. El espejo es la vitalidad portuaria de Las Palmas, pese a que también cuenta con una oposición política a la inversión, caso de la planta de gas licuado. Sí, el termómetro de una ciudad costera, lo determina su vida portuaria. El puerto de Las Palmas sirve para descargar mercancía, y el de Tenerife para celebrar conciertos. Paralelamente a ser un nodo de reparación naval competente, está la de ser ese eterno hub comercial para la distribución de manufacturas a West Africa; pero de nuevo colisionamos contra la realidad que suponen las navieras francesas, como ente pos-colonial, encargado de la distribución de manufacturas al África atlántica. Descartada la distribución de combustible, por el desmantelamiento de la refinería, próximo pelotazo urbanístico de la alcaldía "chicha", la realidad es que la geoestrategia atlántica de las islas se queda sin oportunidades, pero no por las islas en sí, sino por el tutelaje político nacional, ejecutado en las islas, por una clase política continuista del pensamiento castellano, y un nacionalismo de platanera, y hormigonera, adicto a las subvenciones, e incapaz de generar un céntimo por la vía de la inversión privada. Medianeros políticos con pánico al mar.

No, España no es un país de barcos, y ejecuta un modelo continental, en una realidad insular, caso de Canarias. Algo así como encajar un circulo en un cuadrado. Con la incertidumbre de saber quién será puerto base atlántico de la flota pesquera china en el alero, la pasada captación de las flotas pesqueras coreanas, japonesas, o rusas, de la mano de los puertos francos, y el florecer de la refinería, la primera de España, mostraron el camino de la que debió ser la geoestrategia marítima de las islas. Hoy, el panorama es un claro retroceso respecto a esa proyección de ultramar, y todos los huevos están en la cesta del monocultivo del ladrillo turístico, y las cifras de una superpoblación que generará un colapso de servicios sociales en unos años; llevándose de por delante el frágil ecosistema insular, mientras les hablan de sostenibilidad, renovables, e islas eco-green friendly... 

Unas millas más al Norte, Portugal, sí ha sabido ejecutar en Madeira un exitoso modelo, con un registro de buques – Madeira International Shipping Register – que ya ronda el millar de barcos bajo su bandera, y condiciones fiscales atractivas. ¿Saben que los armadores españoles, y de media Europa, huyen del fisco propio, y se refugian en Madeira? Los tankers HESPERIDES, o TINERFE, de bonitos nombres guanches, ya navegan bajo bandera de Madeira, y con capital catalán. Sí, parece que el espejo del negocio marítimo está en Funchal. Portugal vs. España, dos modelos de entender la “explotación” de sus archipiélagos. El tiempo quitará, o dará razones. Gracias por leerlo. 

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